Máxima efectividad

La venganza es un plato que se sirve frío. El Mallorca ha tenido que esperar dos años para vengar, con otro equipo y en diferentes circunstancias, el 1-4 que el Tenerife de Pep Lluis Martí le endilgó en Son Moix. Hoy se ha dado la vuelta a la tortilla y con dos goles en momentos puntuales, a los 3 minutos el primero y el tercero, de Abdón, solo 4 después de que Salva Ruiz en propia meta hubiera reducido el marcador a un provisional 2-1, desarbolaron a un enemigo cuyos planes ultradefensivos se hicieron añicos ante la superioridad y eficacia locales.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (2), Gámez (2), Valjent (1), Raillo (1), Salva Ruiz (1), Salva Sevilla (2), Pedraza (1), Dani Rodríguez (1), Ariday (2), Abdón (1) y Lago Jr. (2).

A los 59 minutos, F.Ginerm (1) por Ariday; a los 74, Alex López (1) por Abdón y a los 83, Baba (-) por Dani Rodríguez.

C.D. Tenerife.- Dani Hdez (1), Cámara (1), Jorge Sáenz (0), Alberto (1), Aveldaño (0), Héctor Hernández (0), Acosta (1), Milla (1), Suso (1), Naranjo (0) y Malbasic (1).

En el minuto 60, Montañés (1) por Aveldaño; en el 74, Chilunda (1) por Naranjo y en el 81, Luis Pérez (-) por Cámara.

ARBITRO:

Ocón Arraiz (2), de La Rioja. En un lance sin complicaciones solo cometió un error al señalar fuera de juego a Lago Jr, que había arrancado en posición correcta, cuando encaraba portería en solitario ya con 4-1 en el luminoso.

GOLES:

Minuto 3, pase de Salva Ruiz al hueco por el que Ariday coge la espalda de Héctor Hernández y fusila a Dani. 1-0

Minuto 28, otro centro desde la derecha que Lago Jr desde el punto de penalti cabecea lejos del portero. 2-0

Minuto 51, Salva Ruiz de cabeza en propia meta a la salida de un saque de esquina. 2-1

Minuto 55, contragolpe de libro que culmina Ariday habilitando a Abdón, quien  merca de remate raso sobre la salida de Dani. 3-1

Minuto 80, asistencia milimétrica de Salva Ruiz sobre Alex López, que salva la salida del portero. 4-1

COMENTARIO:

  Si ayer se hubiese planteado un duelo de entrenadores, Vicente Moreno le habría ganado la partida a Oltra, buena persona y mediocre técnico, con la holgura que señalaba el marcador de Son Moix después de una hora y media de juego.
  Los locales aparecieron con un aparente 4-3-3 cuyo dibujo se transformó de hecho en un 4-5-1 que asentó una clara superioridad numérica en el centro del campo, donde Luis Milla y Bryan Acosta no daban a basto para cubrir su parcela y, además, acudir al rescate de sus respectivos laterales amenazados con un dos contra uno permanente ante la inhibición de un desconocido Naranjo, siempre escurrido hacia el centro y el veterano Suso Santana, entregado a su propia guerra. Si a estas alturas del campeonato nadie había avisado del papel que Gámez y Salva Ruiz tienen en el Mallorca, alguien en Tenerife tiene que repetir curso. Salvo el cuarto gol, el de Alex López, como producto de un pase interior y medido de Salva Sevilla, los otros tres se fabricaron precisamente por esa banda en la que Héctor Hernández andaba más perdido que un náufrago en el océano o un esquimal en el desierto.
  Pese a la evidencia, los chicharreros siguieron a lo suyo. Tres centrales para un solo delantero, entre los que se encontraba el ex mallorquinista Aveldaño para demostrar que además de los años también pesan los kilos. Ni con el marcador abiertamente adverso, 2-0, fueron capaces de hacer otra cosa que adelantar la posición de uno de ellos, Alberto, para poner sitio a un anfitrión que ya se permitía esperar desde las almenas.  Con el visitante entregado al desorden ofensivo, se imponía la guerra de guerrillas para fiar al contragolpe el descabello definitivo. Y si, cuatro remates y cuatro goles, así es el fútbol. Goles son amores y no las malas razones de un rival sin alma y con poco cuerpo.
  Ni más delanteros garantizan mayor efectividad, ni acumular hombres atrás avala una buena cobertura. Tan viejo como el propio fútbol aunque no falta quien todavía estudie el bachiller con los libros de primer grado. El Mallorca dio en la diana cuatro veces con un solo delantero y el Tenerife se los tragó con cinco defensas. Quien necesite explicaciones a este misterio virtual, que se ponga el vídeo del reto interinsular de referencia, porque no encierra incógnita alguna; al contrario, está más claro que el agua.