Se quemó el colchón

Preparémonos para sobrevivir a la semana de los fichajes. Al mercado de enero le quedan siete días y la plebe clama porque el Mallorca solo ha fichado a un portero, cedido por seis meses. Todo el mundo cree en soluciones ajenas antes que en las de casa. ¿Un central, un delantero, un…….qué?. Mejorar lo que hay en algunas posiciones no es difícil, pero esperar gangas en pleno invierno es más complicado.

Se impone la cruda realidad y el colchón que mantenía el descenso en el horizonte ha resultado ser de muelles. Ya no existe. Ha llegado el momento de subrayar la frase de Luis García Plaza: «con esta plantilla no creo que se nos escape la permanencia». Digamos el objetivo, que significa lo mismo. La pregunta surge sin pensarla: ¿será capaz de revertir la situación?.

Los síntomas preocupan. El Levante ha perdido hasta en los entrenamientos, el Granada no le ha metido cuatro ni al juvenil y parece más sencillo sobrevalorar un triunfo en la Copa sobre un Espanyol penoso que afrontar una derrota patética contra un Villarreal en modo paseo, de donde le dirección deportiva se ha traído ya hasta al médico. Ortells conoce bien aquella casa, no sabemos si solo esa.

Una jornada vacante por hacer hueco a las selecciones permite un chequeo a fondo y exige decisiones sin margen de error pero, por encima de ello, un examen de conciencia severo, sincero y a prueba de inversores sin alma.