Mejor los árboles que el bosque
Lo peor es que ni los mismos equipos se lo toman en serio. Excesivamente confiados y prepotentes, los grandes pretenden ganar sin bajar del autobús frente a rivales que, en su mayoría, disputan el partido de sus vidas.
No voy a perder un minuto de mi tiempo ni un solo carácter de estos modestos párrafos para valorar la actuación del once alineado por Vicente Moreno. Estuvieron fatal, en su línea cada vez que juegan lejos de Palma, pero ni aunque hubieran hecho el partido del siglo sacaría la menor conclusión. Allá el entrenador si las tiene.
En todo caso me quedo con la película de la confirmación de cuáles son los futbolistas a quienes considera por encima del resto. Bueno, Sedlar, como Parera, no juega ni el partidillo de los jueves. No corrió riesgos con Baba, que ni se vistió, pero tampoco con Salva Sevilla o Kubo que se quedaron en el banquillo. Otros seis de sus compañeros no habían viajado. No caben dudas y Maheta Molango, al respecto de fichajes y refuerzos, tampoco debería tenerlas. Más claro, blanco y en botella. Al «Cucho» le dio minutos por si podía arreglar algo. Y Raillo, que no estará el sábado, con otra tarjeta amarilla; ¡qué raro! ¿no?.
Resumen: aparten de mi este caliz.