Meneo en Donosti

Sin contar el de Vigo pese al empate, el Mallorca jugó el peor de sus partidos como visitante y eso que los ocho restantes no han sido para tirar cohetes. En la segunda parte fue un juguete en manos de la Real Sociedad que, aunque afortunado en su segundo gol, pudo acabar vulnerando en más ocasiones la portería de un atribulado Reina que, con dos intervenciones, evitó el escándalo. Los de Vicente Moreno, tras un primer tiempo de contención pero sin inquietar la meta local, ni olieron el balón desde el primer minuto de la reanudación y no pudieron ni capear el temporal que les humilló inmisericorde.

ALINEACIONES:

Real Sociedad.- Remiro (2), Zaldúa (1), Llorente (1), Le Norman (1), Ahien (2), Zubeldia (1), Merino (2), Portu (1), Odegaard (1), Oyarzábal (1) e Isak (2).

Minuto 56, Barrenetxea (2) por Oyarzábal. Minuto 76, Guevara (-) por Merino. Minuto 79, Januzaj (-) por Isak.

R.Mallorca.- Reina (1), Gámez (0), Valjent (1), Raillo (0), Lumor (1), Baba (1), Febas (0), Dani Rodríguez (1), Lago Jr. (0), Cucho (0) y Budimir (0).

Minuto 58, Pozo (0) por Febas. Minuto 70, Kubo (1) por Lago Jr. Minuto 82, Abdón (-) por Budimir.

ARBITRO:

Santiago Jaime Latre (2), de Aragón. Sin la menor complicación. Mostró tarjetas amarillas a Valjent y Lumor.

GOLES:

Minuto 46, enésimo avance donostiarra por la izquierda, centro pasado de Ahien que Portu devuelve al centro donde Isak fusila desde cerca. 1-0

Minuto 57, Barrenetxea tira desde fuera del área, el balón topa en la bota de Gámez y el cambio de dirección descoloca a Reina. 2-0

Minuto 81, nuevo disparo desde la frontal, Reina rechaza con dificultades pero la pelota le cae a Portu que marca a placer. 3-0

COMENTARIO:

Miro el cronómetro que marca el minuto 86. Gámez abre los brazos y en señal de impotencia parece exclamar “¡ y qué queréis que haga!”. Tiene razón. Con el Cucho Hernández pendiente de la majestuosa estructura del Reale Arena, al lateral le entraron por su lado de dos en dos y hasta de tres en tres, sin que Dani Rodríguez lograra echar una mano a pesar de su voluntad y Baba ya tenía bastante con desactivar a Odegaard. Por allí se originó la acción de la que partió el gol que rompía el partido. Bueno y todo el juego ofensivo de una Real Sociedad que no empezó a jugar hasta después del descanso. Le sobraba tiempo.
  Lo que empieza bien a veces puede acabar mal, pero lo que empieza mal casi nunca acaba bien. La enfermedad de Salva Sevilla que le dejó fuera de la convocatoria horas antes del lance era una pésima noticia. Tanto que sus compañeros todavía le andan buscando por el terreno de juego. Sin faro no hay luz, ni temple, ni pase, ni el saque de una falta o un córner. Aunque reconozcamos que fuera de casa ni con el andaluz del pelo blanco ni sin él tienen remedio los males de este equipo cuando va de viaje. Si a lo largo de diez salidas al otro lado del charco solamente se ha sumado un triste punto no será por simple y estricta casualidad. No ha funcionado el 4-1-4-1 de casi todo el año, ni el 4-4-2 circunstancial de ayer, ni el 3-5-2 de Granada con tres centrales. No hubo dibujo ni sistema válido para paliar una realidad tangible: esta plantilla da para lo que da. Por si algún ciego aun no lo ve, los chicos de Imanol, alguno de ellos recién destetado, abrieron el grifo de la ducha sobre unos jugadores que dieron la impresión de rendirse a la evidencia.
  En el próximo entrenamiento Vicente Moreno debería proyectar el vídeo de Isak dejando sentado a Raillo sobre la misma línea de fondo o las protestas de Reina al decretar el árbitro un bote neutral al irrumpir un segundo balón en el campo a la salida de un saque de esquina. No porque no sean circunstancias extrañas, sino como ejemplo de que así no se va a ninguna parte. O si. A la que todos pensamos si los demás no lo impiden.