Voley Palma, otra oportunidad

La inminente desaparición del Voley Palma si un patrocinador, providencial o no, no lo remedia, trae de nuevo a colación la falta de proyecto social y de club, más allá del negocio y la especulación, que impide creer en el proyecto que Robert Sarver y sus socios, aseguran alumbrar para el RCD Mallorca SAD.

No nos encontramos solamente ante una nueva ocasión de predicar con el ejemplo para recuperar las raíces nativas en franca retirada, sino también de diversificar la inversión económica y reivindicar un concepto de mallorquinidad, no solo de mallorquinismo, ajeno a la voluntad de unos propietarios erradicados fehaciente y voluntariamente de la sociedad insular, que se muestran incapaces de aglutinar y, sobre todo, extender un sentimiento al que únicamente apelan como coartada.

Cuando otro club, en este caso el Algaida de fútbol femenino, acaba de celebrar su modesta pero rompedora apuesta de hace 25 años, sonrojante para quienes permanecen al margen de una realidad que gana terreno a pasos agigantados.

Ya he comentado en otras ocasiones que bajo el paraguas del RCD Mallorca SAD, si estamos hablando de un futuro serio, caben secciones deportivas con un mercado abierto, el Bahía San Agustín e incluso el Palma Futsal, que tampoco manejan unos presupuestos de escándalo. Podríamos llamar con propiedad Ciudad Deportiva a la que acoge Son Bibiloni, que no es más que, en todo caso, ciudad futbolística y a duras penas.