Mucho corazón, poca cabeza (0-0) en Son Moix

El Athletic puso el poco juego que se dio en la primera parte de la ventosa tarde que invitaba más a rasear el balón que a levantarlo y también las ocasiones que Oier Sancet y Nico Williams no lograron transformar ante un Mallorca que resistió todos los embates, pero que apenas inquietó a Unai Simón. Su primer remate, por supuesto del incombustible Muriqi, llegó ya en la segunda parte, invalidado por fuera de juego y el segundo, siempre del kosovar, fue desviado por un defensa en la oportunidad más clara para los locales, resignados y satisfechos con las tablas en el marcador.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Rajkovic (1), Maffeo (1), Gio (1), Valjent (2), Van der Heyden (2), Lato (1), Samu C. (1), Dani Rodríguez (1), Sergi Darder (0), Larin (0) y Muriqi (1).

A los 55 minutos entró Javi Llabrés (1) por Larin, a los 68, Morlanes (1) por Dani Rodríguez y J.Costa (1) por Lato y a los 83, Abdón (-) por Sergi Darder.

Athletic.- U.Simón (1), Lekue (1), Paredes (1), Vivian (1), Yuri (1), Galarreta (1), Vesga (1), I.Williams (1), O.Sancet (1), N.Williams (2) y Guruceta (1).

Minuto 59, Prados (1) por Lekue y Muniaín (1) por Sancet. Minuto 77 Dani G. (-) por Vesga y Berenguer (-) por N.Williams. Minuto 83, Raúl García (-) por I.Williams.

ARBITRO:

Figueroa Vázquez (1), de Sevilla. No montó ningún lío, aunque pasó por alto los empujones de Vivian a Muriqi antes de pugnar en los balones aéreos. Marcó 17 infracciones a los «leones» y 12 al anfitrión. Mostró una única tarjeta amarilla, a Lekue.

17.073 espectadores

Damiá Amer fue invitado a efectuar el saque de honor y recibió un obsequio del club por su jubilación.

A REMOLQUE

Si, como dijo en la víspera, Javier Aguirre buscaba buenas sensaciones, puede que se conforme con las que percibió ayer, pero los partidos valen tres puntos y el tiempo empieza a correr el primer día del calendario. Impresiones en defensa solo aceptables para paladares poco exigentes, pero cuando quien tiene que marcar los goles, en su equipo Muriqi, se erige en el mejor de los zagueros, hay motivos sobrados para pensar que el camino, como el encuentro, se puede hacer demasiado largo y, sobre todo, lleno de penurias.

El «Vasco» sigue fiel a su inamovible dibujo. Planteó un 5-3-2 con el debut de Van de Heyden por Copete, que permitió adivinar al buen sentido de colocación y anticipación de un central a tener en cuenta. No podemos decir algo distinto del trabajo de Samu Costa por delante, quizás con otros matices. Pero cerrada la muralla, salvo pequeños desajustes, se precisa mucha más creatividad para crear un mínimo peligro en el área enemiga, donde sus guardianes compiten con excesiva tranquilidad.

Larin y el «Pirata» son rematadores, no simples remadores. Fuera de su zona de confort, el área, aportan poco o nada. Tiene su mérito aguantar el balón, pero se convierte en una tarea tan sacrificada como inútil, si falla la técnica o los compañeros de segunda línea están muy lejos. En resumen, si la pelota no pasa por Sergi Darder se acaban las ideas y solamente queda el pelotazo o la fortuna puntual. Los cambios por agotamiento de los sustituidos, fijo el de Dani Rodríguez, vienen de refresco, pero no varían en absoluto.

El Athletic defendió sin agobios y atacó con más insistencia que acierto. Trenzó más acciones ofensivas, incrementadas con la entrada de Muniaín por Sancet, pero bombeó en exceso buscando a sus cabeceadores casi siempre superados por la retaguardia local que, dicho sea de paso, no se anduvo con contemplaciones a la hora de alejar el peligro. Mucho ¡uy! y poco ¡ay!.

Poco cabe esperar si cuando surge la oportunidad de contraatacar tus artilleros aun están defendiendo y lamentablemente, ya no está Kang in Lee. Es más, si a media que avanza el cronómetro te muestras dispuesto a firmar el empate, algo no funciona o, al contrario, queda un mundo por mejorar.