Mucho sol y poca luz (1-0 en el Benito Villamarín)
Un desvió de Borja Iglesias con la punta de su bota en un disparo de Sabaly desde fuera del área al principio del segundo tiempo le bastó al Betis para tumbar en la lona al Mallorca, que no alcanzó a rematar entre los tres palos, casi ni fuera de ellos, una sola vez a lo largo de los 97 minutos disputados bajo un fuerte sol y una temperatura próxima a los 25 grados en un Benito Villamarín abarrotado.
ALINEACIONES:
Real Betis.- Rui Silva (-), Sabaly (1), Pezella (2), Edgar (1), Miranda (1), Guido (1), Guardado (1), Canales (1), Rodri (1), Ayoze (1) y Borja Iglesias (1).
A los 68 minutos, William Carvalho (1) y Juanmi (0) por Rodri y Ayoze; a los 82, Joaquín (-) y Víctor Ruiz (-) por Canales y Pezella y a los 91, William José (-) por Borja Iglesias.
R.Mallorca.- Rajkovic (1), Maffeo (1), Gio (2), Raillo (1), Nastasic (1), J.Costa (1), Baba (1), Galarreta (1), Dani Rodríguez (1), Kang-in Lee (2) y Muriqi (0).
Minuto 56, Kadewere (0), A.Sánchez (0) y Augustinsson (1) por Dani Rodríguez, Baba y Jaume Costa. Minuto 70, Amath (1) por Maffeo. Minuto 76, Abdón (0) por Muriqi.
ARBITRO:
Pizarro Gómez (1), del Comité de Madrid. En su línea, pitó doce faltas a favor de los locales y solo seis en contra. Aun así regaló un saque de esquina al Mallorca al imaginar, literalmente, que Rui Silva había desviado a corner un remate fuera de Kadewere, lo que costó una injusta tarjeta amarilla a Guardado por protestar con razón. También se las mostró a Jaume Costa y Nastasic, además de a Javier Aguirre en el banquillo.
GOL:
Minuto 47, Sabaly recorre unos metros desde el lateral hacia el centro, dispara desde fuera del área sin peligro, pero Borja Iglesias, marcado por Nastasic, mete la punta de la bota para desviar el transcurso del balón que se cuela junto al poste derecho de la portería de Rajkovic, desplazado al otro lado. 1-0
50.402 espectadores
NOTABLE EN DEFENSA, SUSPENSO EN ATAQUE
Incluso el autor del único tanto del encuentro reconocía la fortuna de haber sumado los tres puntos con apenas media ocasión para conquistarlos. Se le olvidó añadir que su rival, el Mallorca, no tuvo ni media, ni una, sencillamente ninguna, casi como de costumbre, sobre todo fuera de casa. Fuerte en defensa y bien controladas las piezas básicas de un Betis a media marcha, Borja Iglesias y Canales, los de Javier Aguirre volvían a ser algo más que tímidos en ataque. Una jugada de contraataque a los dos minutos con el anfitrión en repliegue y espacio por delante, la resolvió Maffeo con un pase atrás que acabó en su propio portero. Extraña mentalidad y peor mensaje para un equipo de los que más derrotas ha sufrido fuera de su ámbito, ocho de trece.
Con Muriqi en su rol más frecuente, navegante solitario, solamente Kang-in Lee intentaba aprovechar la superioridad defensiva de sus compañeros sobre un conjunto, el verdiblanco, empeñado en un toque precipitado pese a su paciente apariencia. Con Canales asediado en una banda, el dominio bético del balón pasaba por la movilidad de Rodri y las subidas de Miranda, pero chocaba irremediablemente con el muro cimentado en su firmeza defensiva, libre de otros compromisos o galanterías. El paseo horizontal de los hombres de Pellegrini no hallaba réplica en la verticalidad de Dani Rodríguez hacia la nada desde un plano siempre individual y nunca colectivo.
Pero la estadística demuestra que cuando sales siempre a empatar, la mayoría de las veces acabas perdiendo. La lata se abrió sin más artilugio que un sutil golpe de martillo que resquebrajó todo el plan, momento a partir del cual se cae toda la estructura. El mejicano, enfrascado con pequeños detalles arbitrales antes que en los enormes defectos de los suyos, cambió a defensa de cuatro, pero sacrificando a Maffeo, el más incisivo de sus laterales, sustituyó a Dani Rodríguez por la hora o cansancio, para encontrar en Kadewere lo que el zimbabuense no tiene y sentó a Baba en beneficio de un Antonio Sánchez falto de partidos e ideas. De un 5-4-1 a un 4-4-2 en el que Abdón acabaría supliendo al kosovar en vano, como en los relevos ya descritos.
No le demos más vueltas a un guión que no las tiene. No esperes que las cosas cambien, si haces siempre lo mismo.