La presión juega en casa
No es fácil hacerse una idea de lo que puede ser el Málaga como anfitrión. En realidad ha mostrado grandes debilidades en La Rosaleda, uno de los detonantes del reciente cese de Juan Carlos Muñiz como entrenador, relevado por Víctor Sánchez del Amo que debuta mañana ante su afición, pero arrancó la semana pasada en Santo Domingo con un llamativo 1-4 frente al Alcorcón. ¿Qué ha cambiado en tan poco tiempo?. Difícil llegar a conclusiones firmes, sobre todo por los datoa contradictorios después de un comienzo de liga que parecía augurar un paseo militar y ahora genera dudas.
Claro, los números de los “costasoleños” en casa reflejan una seria dificultad para hacer goles puesto que ocuparían al décimo sexta plaza en una hipotética clasificación de goleadores, si bien este pobre poder artillero se compensa con una defensa más segura. Figuran como convocados Diego González y Seleznov en relación a la lista precedente, con la única baja de Rosales ya ausente entonces por lesión. Lo normal es que delante de Munir, portero internacional marroquí, Cifuentes, Luis Hernández, Pau Torres y Ricca formarán defensa de cuatro. Desde el punto de vista de la estrategia es preciso estar pendientes de los saques de banda de Luis Hernández, en la práctica verdaderos centros el área, y a título individual, el peligro del controvertido Ontíveros, jugador anárquico pero que ha cobrado protagonismo.
La ya conocida ausencia de Estupiñán, aun en la enfermería, es el único contratiempo para Vicente Moreno, quien clama venganza por la victoria malagueña en Son Moix en la primera vuelta.
Arbitrará Pérez Pallas, que me parece poco árbitro para tanto partido. Del Comité gallego esta temporada solo ha dirigido al Mallorca en una ocasión, 2-2 ante Las Palmas, en un partido que empezó perdiendo 0-2 e igualó antes del descanso y hasta el final. Un colegiado del montón sin demasiada personalidad y que cumple, con 32 años, su séptima temporada en la categoría.