No hay manera. Ni por las buenas ni por las malas. Las conclusiones tampoco conducen a la buena o mala fortuna. La realidad fría se resume en que un Levante que tuvo que hacer dos cambios por lesión en la primera parte, tuvo que disputar los últimos ocho minutos con uno menos por expulsión, justa eso si, en pleno acoso balear y otro lesionado que no podía ni siquiera estorbar, le ganó a este Mallorca de campo contrario que vivió de la ilusión de conquistar su primer punto lejos de Palma sin mayor bagaje que su prometedor inicio y su desesperado asalto final.
ALINEACIONES:
U.D. Levante.- Aitor (2), Miramón (1), Postigo (1), Vezo (1), Clerc (1), Melero (-) Radoja (1), Roger (1), Campaña (2), Morales (1) y Mayoral (1).
Minuto 5, Rochina (2) por Melero. Minuto 41, Duarte (1) por Postigo. Minuto 78, Bardhi (-) por Roger.
R.Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Valjent (2), Raillo (2), Gámez (1), Baba (2), Dani Rodríguez (1), Salva Sevilla (0), Febas (1), Kubo (1) y Budimir (1).
Minuto 71, Sené (-) por Salva Sevilla. Minuto 76, Chavarría (-) por Febas. Minuto 81, Abdón (-) por Budimir.
ARBITRO:
Pizarro Gómez (1), del Comité madrileño. Como siempre cometió algunos errores de apreciación en el centro del campo, pero acertó en las áreas y en la expulsión de Campaña (minuto 86) por agresión a Dani Rodríguez. También mostró tarjetas amarilla a Budimir, del Mallorca.
GOLES:
Minuto 51, centro de Miramón desde la derecha y Roger, en plancha y de cabeza le gana la posición a Sastre. 1-0
Minuto 64, pared entre Kubo y Sastre por el lateral cuyo pase de la muerte remata a placer Dani Rodríguez. 1-1
Minuto 72, Rochina sorprende a propios y extraños con un disparo desde más de 30 metros raso y ajustado al palo izquierdo de la portería de Reina. 2-1
COMENTARIO:
El Levante es un equipo muy peligroso con espacios libres, pero la verdad es que el Mallorca le concedió pocos porque Vicente Moreno sabe lo que se trae entre manos. Los atascos se produjeron en el centro del campo pese a los intentos de Campaña por un lado y Salva Sevilla por el otro para descongestionar el tráfico. Al Mallorca le faltaban efectivos arriba pese a la velocidad de Kubo, intermitente, y a los de casa no les sirvió el amago de su entrenador, Paco López, al colocar a Roger y Mayoral para fijar a los centrales visitantes para favorecer la entrada por bandas de Morales y Miramón. A veces le funcionó la izquierda, donde Sastre precisaba la ayuda permanente de Dani Rodriguez para frenar los avances de Clerc, pero casi nunca por la derecha en la que Gámez se bastaba solito para atemperar las rachas de viento blaugrana. El colapso se saldó con dos lesionados en el bando local que obligaron a sendas sustituciones y menos posibilidades de cambio tras el descanso, un susto en cada portería bien resueltos por Aitor y Reina y, la verdad, poco más. A falta de inspiración, balón parado. Eso dicen los manuales.
La precipitación y la ansiedad suelen ser malas consejeras. La segunda tuvo una influencia decisiva en el final del encuentro que el anfitrión acabó con un expulsado y un lesionado, precisamente el autor del segundo gol, un trallazo desde más de 30 metros que sorprendió a Reina cuando el conjunto bermellón había hecho lo más difícil, equilibrar el marcador roto minutos antes por la insistencia local en los laterales. Sastre llegó tarde a cerrar la acción de remate de Roger, aunque el de Porreres se resarció en su asistencia a Dani Rodríguez que puso en el marcador unas tablas provisionales. No pudo ser. Y tantos resultados adversos no pueden ser casualidad. El guión se repite con demasiada frecuencia: empuje inicial que se va diluyendo y en la segunda parte siempre cuesta arriba para recuperar el control perdido y en dirección contraria a las agujas del reloj.