No eran cambios, sino rotaciones

Tendrán sus razones y cualquier entrenador sabe mucho más que yo, pero este truco de las rotaciones me parece una moda, algo así como las pre temporadas que, de exigir concentración aislada, entrenamiento al alba por la mañana y por la tarde y plantillas en convivencia, se han convertido en giras para hacer caja en algunos equipos y reuniones monacales para los jugadores que siguen con contrato en vigor a la espera de los nuevos que, por aquello del mercado, llegan cuando han terminado los ejercicios espirituales.

Si profesionales que no se dedican a otro cosa que jugar al fútbol dos horas al día durante seis de los consta cada semana, muchos de ellos con veinte y pocos años, treinta si se quiere, no pueden disputar tres partidos en siete u ocho días, habría que prohibir de inmediato las competiciones continentales tanto de clubs como de selecciones. ¿Por qué, me pregunto, no rotan en las fechas de Champions o Europa League?. Que un tipo de 39 abriles, Joaquín antes de su retirada o qué sé yo, Reina con 41, tengan que dosificarse, vale, pero que un tío que no ha cumplido la edad reglamentaria para haber hecho el antiguo servicio militar no puede salir un par de veces por temporada con 48 horas de descanso entre dos partidos es para hacérselo mirar.

Javier Aguirre dejó con la boca abierta a los arcángeles de los medios que anunciaban cambios en la alineación frente al Barça al responder en la rueda de prensa posterior que no fueron tales, sino rotaciones ante la proximidad del desplazamiento a Vallecas del próximo sábado. Salieron bien.

Aprovechando que hablamos de técnicos y al hilo de la temprana escabechina de la temporada, ya ha caído otro, Vicente Moreno del banquillo del Almería. El hombre no levanta cabeza desde su salida del Mallorca. Eso si que son rotaciones y lo demás, cuentos.