Paralelas divergentes

Mientras el presidente de la Federación Española de Fútbol, que la ha tomado gusto al sillón que le dejó Luis Rubiales, presumía junto a S.M. el Rey Felipe VI en el palco del estadio de Gelsenkirchen, donde España humilló a Italia aunque el marcador no lo reflejara igual, dejando al presidente del Consejo Superior de Deportes en la fila de atrás, la Instructora del Tribunal de Arbitraje Deportivo propone para él una inhabilitación de seis años para ocupar cualquier cargo en federación deportiva alguna.

En el mismo auto se exonera a la Comisión Gestora y propone para el encausado una suspensión de dos años por cada uno de los hechos que le imputa, que son tres: el cese de del Secretario General, la rescisión de un contrato con garantía de cobertura y la personación de la Federación como acusación particular en la causa abierta contra el ex presidente en un Juzgado de Majadahonda.

No hay paralelismo respecto a la actuación de los responsables de la Federación Balear de Fútbol que fueron autorizados por la  anterior Dirección General d,Esports del Govern Balear, Carles Gonyalons, para prolongar, en base a su opinión personal respecto a la eficacia de la gestión de Pep Sansó, sucesor de Miquel Bestard en los locales de Son Malferit, por extraña decisión de hasta cinco vicepresidentes que le precedían y que, sorprendentemente, renunciaron a ocupar el cargo vacante. Sin embargo, Joan Antoni Ramonell, actual director general y su conseller, perdonen que no sepa quién es, no solo han pasado por alto el plazo previsto en el Artículo 27 del Reglamento de la FFIB de un año máximo antes de convocar elecciones, sino que para convocarlas, como es preceptivo en año olímpico, han recurrido a un proceso del 2008 como síntoma de su incapacidad técnica y, al parecer, también informática para acometer unas elecciones libres y no asamblearias y, en consecuencia, limitadas. ¡Viva la democracia!.

Aunque Sansó y su secretario, Horrach, también ha tomado decisiones pese a su evidente interinidad, el hecho de que no hayan actuado como Gestora, evita cualquier comparación posible con los que ocurre en Las Rozas. No obstante y a pesar del rechazo de la Consellería a la demanda del club Santa Mónica por otras causas, el pasado día 6 de este mismo mes de junio, el club La Real ha formulado una nueva demanda ante el Govern por no haber presentado las cuentas relativas al ejercicio correspondiente. Seguramente otro pase de pecho y patada a seguir. Y aquí si que se pueden comparar la diligencia de unos, en la Capital, y otros, en la Isla.