Pelea de gallos o gallos de pelea

Mientras los clubs de fútbol franceses claman contra Mediapro por el impago de 172 millones de euros de la concesión de los derechos de transmisión televisada de los partidos que debían haberse abonado el pasado día 5 de octubre, aquí en España el CSD acaba de emitir una resolución por la que autoriza que se vuelvan a disputar los viernes tanto de primera como de segunda división y habilita veinte lunes durante la temporada con el mismo fin.

A la vista de ello, el juez encargado del conflicto ha decidido retrasar su sentencia con la esperanza de que la Federación Española y la Liga de Fútbol Profesional alcancen un acuerdo vía deportiva, algo que no parece muy probable ya que Luis Rubiales no ha recibido la noticia con demasiada satisfacción. Lo cierto es que mientras no haya entendimiento y no se haya producido la decisión de su señoría, Sánchez Magro, prevalece la opinión del Consejo Superior y el fin de semana del 23 al 26 podrán programarse encuentros siempre que se respeten los compromisos de los equipos inmersos en competiciones europeas.

Al mismo tiempo, todas las partes implicadas miran de reojo lo que sucede al otro lado de los Pirineos porque la posibilidad de que aquí se produjera algún tipo de incumplimiento parecido podría suponer un durísimo golpe para el fútbol profesional español que, sin Cristiano y amenazado con la salida de Messi, teme una caída de ingresos ya de por si importante por la pandemia en curso. Y ya se sabe que una pelea de gallos cuando el gallinero anda revuelto no es lo más deseable.