¿Qué fue de Leo Román?

Sin querer o queriendo, el hecho es que el Mallorca cuenta con cuatro porteros y el más joven, el de la casa, el que fue titular en la Copa y en el campo del Levante, ha pasado de gran apuesta a la grada o, lo que es lo mismo, de firme promesa a no contar hasta la próxima temporada si dios provee.

El caso es que al 30 de junio, la plantilla se quedará con dos guardametas. Manolo Reina no renovará, salvo sorpresa, y Sergio Rico debe regresar al PSG donde tiene una nómina que, en principio, no es asumible dentro de la política económica del club. Se quedarán Greif, (3 millones de euros por un suplente de selección, defenestrado por un solo encuentro, en Palma ante Osasuna, y entre lesiones y COVID más tiempo en la enfermería que en la ciudad deportiva) y Leo Román, cuyo despegue han abortado entre Ortells y García Plaza.

Casillas debutó en el Real Madrid con 18  años y nada menos que en San Mamés, donde Javier Clemente mantuvo bajo los palos a Zubizerreta contra viento, marea y críticas, hasta que le convirtió en el cancerbero que fue. Pero doctores tiene la iglesia, dejando de lado los que ejercen fuera de ella en redes sociales u otros escondites, y sobre ellos recae la decisión y la responsabilidad del futuro del ibicenco. La edad que tiene y el tiempo para madurar corren a su favor, pero por eso precisamente no resulta fácil digerir el pase de la titularidad a la tribuna sin pasar siquiera por el banquillo. Ni entender, claro.