Que llamen a Sherlock Holmes
Mientras Pablo Ortells, director de fútbol del Mallorca, negocia la renovación de su entrenador, Javier Aguirre, desde posturas inicialmente asaz distantes, La Liga de Fútbol Profesional ha encontrado tiempo para limitar los gastos salariales de los clubs de primera y segunda división aplicables a partir de este mes de febrero. En otra sala de su sede en la madrileña calle de Arturo Soria, la Comisión Delegada integrada por ocho clubs de Primera, entre los que no se encuentra el Mallorca, y seis de Segunda, ha emitido un comunicado en relación al ya llamado caso Negreira, porque les parecerá que caso Barça rozaría algún tipo de prevaricación. Es broma. Aquí todo el mundo se pone a investigar o pedir que lo hagan otros, que llamen a Sherlock Holmes, procurando que la lente de la lupa no tenga mucho aumento y que escampe en cuanto los de arriba y los de abajo terminen de golpearse el pecho como si se hubieran escandalizado.
Llegados al punto en el que Joan Laporta, presidente blaugrana, replica a Javier Tebas, presidente de su patronal quien, al contrario que el de la Federación, Luis Rubiales, es elegido por los mismos que le critican y tenemos que escuchar de su boca, la de Jan, pedir medios de comunicación veraces e independientes, ya nos entra la risa, por no decir la vergüenza, y regresamos a la tabla salarial en cuestión.
Plantado en torno a los 50 millones de euros, el Mallorca solamente tiene por detrás a cinco rivales: Girona, Valladolid, Getafe, Cadiz y Elche, por riguroso orden de clasificación. Apuesten a que de este quinteto palman mínimo dos y quizás incluso tres. Los baleares ahora mismo están por encima de equipos que doblan sus posibilidades económicas. Un argumento que seguro les sirve a Ortells y Aguirre para arrimar el ascua a su sardina. Vale para ambos. Si vamos a las clasificaciones tendríamos que fijarnos en la del Mallorca B y deducir que su porción de la tarta autorizada no da ni para una ración. Pero de esto ya hablaremos otro día, cuando se haga la luz.