Refuerzos que no refuerzan

Pese a la derrota en Castellón, sigo pensando que el Almería no reducirá su distancia respecto al Mallorca en nueve o seis puntos (hay que contar el golaverage) de los veinticuatro o veintiuno que quedan en disputa. ¡Mucha tela!. También veo a los andaluces con un nivel superior al resto de los equipos que apuntan al «play off», por lo que no sería de extrañar que, junto al Espanyol, nos encontremos ante los tres que la próxima temporada estarán en Primera.

Pero nada de esto, ya digo, me inquieta. Voy más allá del día a día y no dejo de pensar en el proyecto más que en el resultado. Si me preocupa que los refuerzos que debieron apuntalar en enero los recursos con los que cuenta Luis García Plaza sean futbolistas que no mejoran lo que había y, por añadidura, uno de ellos, Mollejo, se queda en la plantilla en caso del más que probable ascenso. Sin duda una plaza ocupada, entre otras, que tapa la proyección de otros jugadores. Pongamos por ejemplo que se vaya Amath y continúe su compañero; mal negocio, seguro.

Entiendo que hubiera que dejar salir a Budimir porque obligarle a estar donde no quería hubiera sido contraproducente, pero ya no me encaja tanto ni entiendo las razones del intercambio con Marc Cardona, un gol en diecinueve partidos con la camiseta de Osasuna.

En pocas palabras, que quienes siguen tirando del carro son los mismos que ya lo hicieron en Segunda B -Reina, Raillo, Salva Sevilla, Sastre, Gámez, Dani Rodríguez- con la ayuda de Valjent, que ya estaba, igual que Galarreta o Antonio Sánchez. Permanece el espíritu inculcado por Vicente Moreno, aunque duela en ciertos sectores, que su sustituto ha gestionado sabiamente. Esto se le debe reconocer. No tanto la dirección deportiva que, al margen de la clasificación final, genera suficientes dudas., sea por escasez presupuestaria, límite salarial o cualquier otra causa.