Se acabó la aventura
¡Hala!, pues ya no volveremos a hablar de la Copa hasta el año que viene o, mejor dicho, hasta dentro de diez meses más o menos. El fútbol se sumerge en un mar de tópicos que sus propios agentes abonan. Supone una hipotética contradicción que el martes Vicente Moreno aludiera a su interés por ganar en Valladolid y superar la eliminatoria para anunciar horas después una convocatoria en la que no se hallaban seis de sus jugadores «indispensables», sin contar con los que se quedaron en el banquillo del Nuevo Zorrilla tal y como nos temíamos. No cuesta nada decir la verdad y, motivaciones aparte, reconocer que uno va más bien a cumplir el trámite y que sea lo que dios quiera.
No, no voy a analizar el juego ni los merecimientos de uno y otro. El Mallorca alineó a sus suplentes y el Valladolid, también. Los locales tiraron de comodidad y no despertaron hasta encajar un gol que les ponía en peligro. Después marcaron dos y hasta se permitieron fallar un penalti. En fin, dejemos la épica para otra ocasión, las derrotas no por honrosas se transforman en victorias. La aventura se acabó con la dignidad a buen recaudo. Pasemos página. El llamado torneo del KO pronto no será más que la otra liga, aquella que muchos reclaman que deberían jugar en otra competición los filiales o los futbolistas menos habituales de cada plantilla.
Vuelve la liga y viene el Málaga. Advertencia: el coco no es tan fiero como lo pintan y fuera de La Rosaleda aún menos.