Se busca entrenador
No es muy frecuente llegar al final del campeonato de liga con todo decidido. Este fin de semana en primera división nadie se juega nada, todo el pescado vendido. Aun así cinco equipos andan a la búsqueda de un nuevo entrenador, todos ellos, cabe suponer, descontentos con lo sucedido en sus banquillos.
Caso aparte el del Barça. Xavi dirigirá en el Sánchez Pizjoán su último encuentro pese a haber sido ratificado hace apenas unas semanas. Desde la distancia se hace difícil opinar con criterio. Yo les recomiendo que lean las columnas de Emilio Pérez de Rozas en El Periódico de Catalunya para que se hagan una idea. Es, eso sí lo han conseguido, més que un club, aunque no se sabe muy bien qué.
Arrasate también anunció su salida voluntaria de Osasuna hace tiempo. Se especuló con que para entonces ya habría recibido una oferta ajena que, al parecer, sería del Mallorca que a día de hoy todavía no ha hecho oficial tal acuerdo. Sí ha despedido a Javier Aguirre cuya idea no coincide con la que pretende imponer el club. Su desacuerdo con la dirección de fútbol ostentada por Pablo Ortells se ha hecho evidente durante la temporada.
Curioso el caso del Sevilla. A pesar de la escasez de agua el Guadalquivir baja revuelto o solo será su afluente, el Nervión. Quique Sánchez Flores sacó al equipo hispalense de su peligrosa proximidad al descenso. Pero lo que ocurre en los despachos se traslada con facilidad al vestuario en cualquier club y tampoco habrá habido gran sintonía entre la directiva y el cuerpo técnico en el que figura el ex mallorquinista José Luis Oltra.
Igualmente queda vacante el puesto en Las Palmas. Después de una primera vuelta por encima de todo pronóstico, le recta final del calendario se le atragantó a García Pimienta tanto como su relación con Jonathan Viera, un icono del Gran Canaria, que terminó la competición en las filas del Almería.
En el transcurso de la liga, siete equipos cambiaron a sus entrenadores, alguno más de una vez o dos. Todos los de abajo menos el Mallorca. Quién sabe si este ha sido el secreto de la permanencia. Ni la historia lo dirá, entre otras cosas porque siempre la cuenta el que se queda, nunca quien se va.