Tacita a tacita
Tacita a tacita, según sugería un antiguo anuncio de café, el Mallorca hace camino al jugar. Sin brillo, sin espectáculo, aunque no sin esfuerzo, sacrificio y solidaridad, gol a gol, punto a punto, consolida su cómoda posición en la tabla, alejado del descenso que es su máxima aspiración. Dominado por el Celta salvo en los últimos treinta metros, aprovechó un excepcional cambio de juego de Galarreta sobre la subida de Maffeo, cuyo centro a trmpicones dentro del área, acabó en los pies de Dani Rodriguez con tiempo para parar, mirar al portero y enfocar la base del palo largo. Tres más al casillero.
ALINEACIONES:
R.Mallorca.- Rajkovic (1), Maffeo (1), Valjent (1), Raillo (2), Nastasic (1), J.Costa (1), Baba (1), Galarreta (2), Dani Rodríguez (2), Amath (0) y Muriqi (1).
Tras el descanso Kadevere (1) y Grenier (1), por Amath y Baba. Minuto 76, Copete (1) por Nastasic y en el 83, Abdón (-) por Muriqi.
R.C. Celta.- Marche (1), Hugo Mallo (0), Mingueza (1), Aidoo (2), Unai Núñez (2), Cervi (1), G.Veiga (2), F.Beltrán (2), La Torre (1), Aspas (1) y Larsen (0).
En el minuto 66, Paciencia (1) por Larsen, C.Pérez (2) por Hugo Mallo y Oscar R. (0) por La Torre. En el 75, Galán (1) por Cervi y en el 86, Tapia (-) por Mingueza.
ARBITRO:
Pulido Santana (1), de Gran Canaria. Demasiado inexperto para dejar jugar, quiso ser tolerante al principio y se complicó su actuación cuando se calentaron los ánimos. Eso si, acertó al invaliodar un gol del Celta por falta clara de Larsen a Raillo y al no pitar penalti por una caida de Carles Pérez en el área local. Tuvo que amonestar a Aidoo y Oscar Rodríguez, del Celta y a Baba y Rajkovic del Mallorca. Pudo y debió exhibir más amarillas. Pitó nueve faltas favorables al anfitrión y 14 en contra.
GOL:
Minuto 59, Galarreta pide un cambio de juego profundo hacia el lateral, Maffeo controla, se va del defensa que le cubre y consigue centrar atrás, el balón se cuela entre defensas y rematadores sin que nadie impacte y llega a Dani Rodríguez quien, libre dentro del àrea, dirige su remate con el interior del pie derecho a la base del palo izquierdo de la portería gallega. 1-0
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TRES PUNTOS POR UN GOL
El Celta se quedó con la sensaciones, esas a las que uno se aferra cuando pierde, pero otra vez un solitario gol le dio al Mallorca un triunfo que, con más o menos merecimientos, es lo que suma y le mantiene en la zona neutra de la competición.
Fiel a su estilo, se plantó con su habitual 5-4-1 ante un enemigo jugón que no se amilanó por su inferioridad numérica en la zona ancha, compensada con el retroceso de Iago Aspas o, si acaso, la ayuda de Mingueza desde atrás, pues el dibujo vigués no era muy diferente: un 5-3-2.
Pero mientras los de Javier Aguirre, férreos en defensa, no encontraban caminos para ganar terreno salvo el recurso manido de buscar la referencia de Muriqi, demasiado alejado del área, sus oponentes recorrían el terreno con un vistoso fútbol combinativo al término de cuyo avance ponían en evidencia su principal defecto: la falta de gol. Un problema mayúsculo que no lo remedia ni Iago Aspas.
El equipo de Carvalhal, nuevo en la plaza, pecaba de ingenuidad al empeñarse en romper las líneas locales por el centro, en lugar de abrir el espacio e intentarlo por las bandas. Solo Gabri Veiga, ya en la segunda parte, tuvo opciones de batir a Rajkovic, pero su tiro se fue ajustado al poste por el exterior. Ocurrió un minuto antes de que, como respuesta, Muriqi enviara a las nubes una pelota que, a trompicones, había quedado a su disposición.
Los cambios introducidos después del intermedio, variaron la fisonomía del anfitrión que, por momentos, parecía poner cerco en territorio enemigo. Pura imaginación pese a la mejoría. El asedio lo convocó el Celta tras encajar el único tanto del encuentro, pero si no hay puntería, ni pólvora, ni tampoco artilleros bien apostados, no hay nada que hacer. Esfuerzo inútil. El martillo pilón no fue suficiente para tumbar la muralla de hormigón.