Take Kubo, una cesión cara

Take Kubo le cae bien al mallorquinismo. Es más, son muchos los aficionados que se expresan en las redes sociales celebrando su regreso. Una operación deportivamente opinable, depende de los gustos de cada cual, pero económicamente discutible ya que los números no son interpretables.

El japonés, todavía muy joven, no pudo contribuir en la permanencia del Mallorca en primera división. Aquel descenso probablemente evitó la ampliación de su cesión. Pero su llamativa campaña captó el interés del Villarreal, equipo con el que disputó pocos minutos y no contó con la confianza de Unai Emery, asi que tuvo que cambiarlos aires de El Madrigal por los del Coliseum Alfonso Pérez, donde tampoco encajó en los criterios de Pepe Bordalás, asi que, vuelve a Palma o, en este caso, a su punto de partida, en cuanto el martes pise España finalizados los Juegos Olimpicos organizados por su país, Japón, sin haber obtenido medalla.

El caso es que su cotización supera con creces su currículum presenta, más bien orientado hacia un futuro que deseamos y podría ser brillante. Una apuesta del Real Madrid, no del Mallorca. Porque el paso temporal del nipón por Son Moix le va a costar al club decano mallorquín entre tres y cuatro millones de euros, una cantidad excesiva para una SAD de perfil modesto por un futbolista del que solo podrá disfrutar 38 jornadas. Claro que, como en tiempos del denostado Molango, el departamento comercial ya se debe mover en el mercado de las emisoras de televisión del páis del Sol Naciente con el fin de reducir en lo posible un  coste tan elevado y, además, cada cual hace con su dinero lo que le da la gana. ¡Faltaría más!.