Tentación y amenaza
Con bastante sentido común Italia ha prohibido o está a punto de prohibir las apuestas deportivas que, en si mismas, constituyen una tentación y una amenaza para la pureza del deporte.
Me remito a los casos que ya se han denunciado ante los que se ha actuado con escaso celo, pero también a aquellos que han superado cualquier tipo de investigación. Recordemos el aun reciente 1-13 del Eldense-Barça B y, por no hablar solamente de fútbol la denuncia de un equipo de investigación de la BBC, Scotland Yard y una página web en relación a los amaños en el mundo del tenis que salpicaron a ocho tenistas hispanos cuya identidad no se desveló y pilló de por medio al ruso Nikolai Davydenko de quien poco más se ha sabido.
Ganar dinero fácilmente es un objetivo claro para muchas personas. En torno a ciertas especialidades deportivas como el boxeo o las carreras de caballos, surgieron a lo largo de la historia numerosas y verdaderas mafias que se hicieron millonarias a costa de miles de pobres diablos y no pocos deportistas extorsionados para facilitar los resultados que proporcionaban importantes beneficios. Se ha contado muchas veces incluso en la novela y el cine, además de los medios de comunicación. La lasitud con que en España se ha abierto el grifo se me antoja cuando menos preocupante. Y las llamadas de atención como la efectuada en colaboración con las Fuerzas de Seguridad y la Federación Balear de Fútbol oportuna e imprescindible, aunque no solo llueve en el balompié.