Tiraron dos puntos

Un Zaragoza horroroso en la primera parte y un Mallorca brillante en el mismo período, se repartieron un tiempo y un punto cada uno, despreciando el segundo una ventaja de dos goles a los 20 minutos de partido y el primero una reacción tras el descanso que casi le valió la remontada. Un nuevo error de Ariday, solo ante la portería aragonesa con 1-2 en el marcador y dos portentosas paradas de Parera ya con 2-2, sentenciaron un empate que no dejó satisfecho a nadie.

ALINEACIONES:

R. Zaragoza.- Cristian (1), Delmás, (2), Verdasca (0), Perone (0), Nieto (1), Lesure (0), Zapater (0), Eguaras (0), Pep Biel (0), Alvaro (0) y Pombo (2).

Minuto 45, Benito (2) por Verdasca e Ibemkebe (1) por Zapater. M. 65, Marc Gual (2) por Lesure.

R.Mallorca.- Parera (3), Gámez (1), X.Campos (1), Russo (1), Sastre (1), Salva Sevilla (2), Pedraza (1), Ariday (0), D.Rodriguez (1), Lago Jr. (3) y Alex López (2).

Minuto 50, Baba (1) por Salva Sevilla, lesionado. Minuto 67, Buenacasa (1) por D.Rodríguez. Minuto 82, Giner (-) por Lago Jr.

ARBITRO:

Ais Reig (1), del Comité de Valencia. Salpicó su buen arbitraje con algunas decisiones discutibles. Amonestó a Delmás, Pombo y Alvaro por parte del Zaragoza y a Ariday, del Mallorca.

GOLES:

Minuto 6, Lago Jr resuelve desde cerca un barullo en el área local. 0-1

Minuto 20, centro pasado desde la derecha que, ante la pasividad de la zaga, Lago cabecea en el segundo palo. 0-2

Minuto 65, Marc Gual de tiro raso escorado al entrar en el área que da de palo a palo y entra. 1-2

Minuto 73, otra vez remate de Marc Gual que Pombo remata sobre la línea tras rechace infructuoso de Parera. 2-2

COMENTARIO:

El Mallorca no pierde, en todo caso le ganan, pero anoche se dejó dos puntos que se había ganado a pulso hasta que, ¡ay fatalidad!, se lesionó Salva Sevilla y el Zaragoza, desahuciado antes del intermedio, se le subió a las barbas, igualó dos goles de ventaja forastera y no terminó ganando porque los evitaron dos intervenciones prodigiosas de Parera y la nulidad de Ariday en otro uno contra uno frente al portero local que, como ocurrió en Oviedo, tampoco supo resolver. Y uno, la verdad, no cree en casualidades.
  Si al final de la primera parte alguien se hubiera ido a dar un paseo durante una hora, no concedería crédito al empate final. La superioridad de los hombres de Vicente Moreno era abrumadora en cualquier faceta del juego, ya fuera defensiva, de colocación, táctica o de juego. El anfitrión, errático, impreciso y nervioso, puesto que a los 20 minutos un impresionante Lago Jr. ya había vulnerado en dos ocasiones el valladar de Cristian, fue materialmente borrado del campo sin que el portero de Manacor, héroe al final, ni siquiera hubiera tenido que intervenir. No solamente el habitual pundonor y disciplina de los baleares, siempre reconocibles y bien trabajados, explica la diferencia entre ambos contendientes. Lucas Alcaraz debe tener muy malos informadores o visualizó muy mal el paisaje de la contienda. Tres centrales parecen demasiados para vigilar a un solo punta, Alex López, y es un suicidio jugar con dos laterales que no reciben la menor ayuda en sus respectivos carriles, ese espacio que tan bien conocen Gámez, Sastre, Lago Jr. y el propio Ariday.
  Con la baja del santo y seña rojillo a los dos minutos de la reanudación y los cambios obligados en la formación aragonesa, Pombo encontró espacios entre líneas y la salida de Marc Gual, definitiva aunque por fortuna tardía, cambió un panorama que parecía sombrío para La Romareda y gozoso para sus invitados que tuvieron que despedir la cita con aquello tan manido: si no puedes ganar, al menos no pierdas. Pero las matemáticas son crueles y no tiene nada que ver la posibilidad de sumar de tres en tres en lugar de hacerlo de a uno. Ahora habrá que analizar la tanta veces debatida dependencia de Salva Sevilla y rezar para que al goleador de la noche, el marfileño en racha, no le pase nada. El de anoche, mal final para un buen comienzo.