Tralaralara, tralaraLarin

Los fichajes del Mallorca van camino de parecerse al culebrón interminable del de Mbappé por el Real Madrid, con la única diferencia de que Florentino Pérez no se cansa de decir que él está tranquilo y Andy Kohlberg ni sabe, ni contesta.

Desde la trinchera de mi blog, a salvo y al pairo de primicias campestres, exclusivas múltiples, egos infundados, competencias desleales y filtraciones más o menos interesadas cuyo origen hallaría hasta un neófito en investigación, leo que Cyle Larin está a punto de cerrar su incorporación a la plantilla de Javier Aguirre por un montón de pasta con destino Valladolid que nunca podremos dar por cierta. Por otra parte, me cuentan que en la radio autonómica, ¿o es la tele?, aseveran que Sergi Darder no se ha decidido a dar el paso, un retraso que costará cinco millones más al comprador, porque antes quiere conocer el proyecto deportivo del club. Nosotros también, amigo; nosotros también. No te rindas. Hace seis años que lo estamos preguntando.

No es por contradecir a nadie, dios me libre a estas alturas y después de mil batallas en una guerra de necios, pero yo no veo a Pablo Ortells, el director deportivo o, como llaman los americanos, de fútbol, sacar diez o quince «kilos» de la caja para fichar ni a Messi desencantado de Miami. Menos si ya ha soltado siete a orillas del Pisuerga. Ojalá me equivoque porque, de hacerlo, empezaríamos a creer que de verdad hay un proyecto que genera mucho más ruido que nueces lleva.