Un Deportivo incoherente

Particularmente pienso que el Deportivo es un equipo desconcertante. No como Las Palmas o el propio Málaga, pero parece haber grandes diferencias entre el equipo que se muestra en Riazor y el que se desplaza fuera de A Coruña.

Sus números son incoherentes. Máximo goleador de la categoría, su efectividad desciende al cuarto puesto como visitante. Lo mismo ocurre con su entramado defensivo, segundo que menos goles encaja en su feudo, pero quinto lejos de su escenario. Es más la diferencia entre ambos guarismos es de +16 como anfitrión y de -1 en funciones de forastero.

Recién descendido y por lo tanto con la importante ayuda económica de la Liga para estos casos, ha confiado las riendas de su nuevo proyecto para recuperar la categoría a Nacho González, un técnico que recordamos en el Reus, pero que después pasó sin pena ni gloria por los banquillos del Alavés, el club de su tierra,  y el Zaragoza. La exigencia de la afición es máxima porque no es nada fácil igualar aquel equipo formado y dirigido desde los despachos por Augusto Cesar Lendoiro, cuya personalidad no es equiparable a la de Tino Fernández, su actual presidente.

Ha viajado a Palma con 20 jugadores, por lo que dos se quedarán en la grada de Son Moix. Vicente Moreno ha de conocer bien a Gerard Valentín, al que tuvo en su etapa del Gimnástic formando como lateral derecho. Es difícil deducir los planes del conjunto gallego, al que adivinamos rocoso atrás y a la espera de la oportunidad de alguno de sus cazagoles, de los que Quique, ex del Almería y Osasuna, es su primer exponente.

Aunque no da pistas habitualmente, es probable que en las filas locales reaparezca Xisco Campos e incluso Joan Sastre, salvo la poco probable continuidad de Valjent y Merveil ante la última cita de la primera vuelta, importante como la que más si tenemos en cuenta la aversión que el Mallorca tiene a los de arriba.

Arbitra el valenciano Ais Reig, que ya dirigió a los bermellones en Zaragoza (2-2). Bien considerado por el Comité que preside Velasco Carballo, es valiente y de los que, si el partido no se complica, sale valiente y airoso.