Un Mallorca pasado por agua (0-2 en Son Moix)

La Real Sociedad, muy superior, se impuso claramente a un Mallorca sin remate que pudo haber encajado una derrota más humillante si un tiro de Merino al travesaño con Sergio Rico batido, hubiera ampliado la ventaja adquirida en cada periodo, primero por David Silva en una primorosa pared larga con el primero que redondearía el marcador definitivo al aprovechar un rechace corto de Raillo en el interior del área pequeña.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- S.Rico (1), Maffeo (1), Valjent 2) Raillo (1), Oliván (1), A. Sánchez (2), Salva Sevilla (1), Kubo (1), Dani Rodríguez (1), Amath (1) y Muriqi (1).

Minuto 66, Hoppe (0) por Amath y Llabrés (1) por Salva Sevilla. Minuto 69, K-In Lee (0) por Kubo. Minuto 78, Gio (-) y Baba (-) por Maffeo y A.Sánchez.

R.Sociedad.- Remiro (1), Elustondo (1), Le Normand (3), Pacheco (2), Gorosábel (1), Guevara (0), Merino (2), Portu (1), Silva (3), Oyarzábal (0) y Sorloth (0).

Minuto 45, Zubimendi (1) por Guevara. Minuto 69, Sola (1) por Elustondo y Nais (1) por Portu. Minuto 79, Zubeldia (-) por Gorosábel. Minuto 89, Illarramendi (-) por Merino.

ARBITRO:

Melero López (1), de Málaga. En su línea, o sea malo. En su pretensión de dejar jugar, se equivoca demasiadas veces, aunque los locales no podrán quejarse esta vez, sobre todo en el reparto de tarjetas. Solo fueron amonestados jugadores visitantes: Remiro y Merino.

GOLES:

Minuto 35, Merino recibe un balón desde la derecha, amaga con el disparo, pero filtra un pase interior a la entrada de Silva que, en carrera, bate a Sergio Rico por bajo. 0-1

Minuto 61, en un saque de esquina la pelota queda muerta en el área pequeña, Raillo rechaza en corto y Merino fusila desde cerca con Sergio Rico caido. 0-2

UN BAÑO DE REALIDAD

Cuando se refugia, se conforma, se remite solo a las sensaciones no es preciso que caiga una lluvia persistente como la que remojó Son Moix para que un rival apañado, bien colocado y sin ninguna de ellas te ponga en tu verdadero sitio. La Real, sin alharacas pero congelando su ventaja en los minutos finales montando un gigantesco rondo a los locales que solo corrían detrás del cuero, no dejó más huella que la justa pero tuvo lo que al Mallorca le falta desde hace mucho tiempo con Muriqi o sin el: remate.

No creo que a Luis García Plaza le hiciera falta precisamente un portero en el mercado de invierno, quizás menos enredarse con los árbitros y reconocer las debilidades de su equipo, un ejercicio imprescindible si uno quiere mejorar las cosas. Lejos de hacerlo no solo reitera sus planteamientos, lo del delantero centro que va bien de cabeza ya se lo ha aprendido hasta el colista, sino que a partir del segundo gol txuri urdin destrozó el equipo a base de cambios tan absurdos como inútiles dando el envite por perdido con más de media hora por delante. Por el contrario fue incapaz de mover sus piezas, aunque fuera desde la cabina que ocupaba en la grada, para evitar que dos hombres, solo un par, Merino y David Silva marcaran el ritmo de su equipo, el de todo el encuentro y se adornaran en la impecable ejecución del gol que abrió el marcador.

No digamos que la Real no hizo mucho, aunque sea cierto, porque de ello se deduce que el Mallorca todavía hizo menos. Si, en total tres llegadas sin peligro en los quince minutos iniciales de cada período y pare usted de contar. Ni capacidad para aprovechar el riesgo asumido por los blanquiazules que cedieron peligrosamente ante la presión adelantada de los locales sostenida apenas durante este breve espacio temporal.

El remedio resultó peor que la enfermedad. Dani Rodríguez arranca el motor, pero no es hombre para conducirlo. Ni Antonio Sánchez dispone de fuelle suficiente para acordonar la línea de tres cuartos por la que el canario, otra vez Silva, discurría placentero. Ni Gio suple el empuje de Maffeo, Kang-in ya no sabe lo que se pide de él, Hoppe no sirve y «si no sirve para qué hay que escribir» (mi pequeño homenaje a Forneris) y poner a Llabrés a los pies de los caballos en una batalla perdida es una verdadera aberración.

Pero el agua purifica, limpia, caiga desde el cielo o te bautice cl contrincante.