Un saco de carbón

Solo las paradas de Reina en dos de los tres penaltis señalados contra el Mallorca, que no excusan la derrota, además de otras tantas, evitaron una goleada nunca vista ni siquiera esperada hasta le fecha. La superioridad del Almería fue abrumadora ante un visitante inoperante en ataque, agarrotado en el centro del campo y muy frágil en defensa, que pudo salir humillado del estadio de los Juegos del Mediterráneo. Sin duda el peor partido bermellón desde su regreso a Segunda.

ALINEACIONES:

U.D. Almería.- René (1), Romera (2), Saveljich (1), Juan Ibiza (1), Martos (2), Eteki (2), De la Hoz (1), Corpas (1), Juan Carlos (2), Narváez (1) y Alvaro Giménez (1).

Minuto 65, Luis Rioja (1) por Corpas. Minuto 76, Arzura (1) por Narváez. Minuto 84, Arzura (-) por Juan Carlos.

R.Mallorca.- Reina (3), Gámez (1), Valjent (0), Raillo (1), Pervis (0), S.Sevilla (0), Pedraza (0), Merveil (0), D.Rodríguez (0), Lago Jr. (0) y Alex López (0).

Minuto 55, Ariday (0) por D.Rodríguez. Minuto 65, Abdón (0) por Merveil. Minuto 82, Stoichkov (-) por Alex López.

ARBITRO:

Trujillo Suárez (1) de Tenerife. Aunque cometió pequeños errores de apreciación, no se equivocó en ninguno de los tres penaltis pitados a Valjent, Raillo y Estipuñán. También acertó al no pitar el que reclamaron los locales de Raillo sobre Alvaro Giménez. Amonestó a Romera y Corpas, del Almería y a Pedraza, Pervis y Raillo, del Mallorca. Expulsó a un auxiliar del banquillo local.

GOLES:

Minuto 44, Valjent derriba a Alvaro Giménez dentro del área. El mismo jugador lanza la máxima pena a la izquierda de Reina, que se tira al otro lado. 1-0

Minuto 70, Salva Sevilla pierde un balón en el primer cuarto de campo, y aunque nadie acierta dentro del área en el primer remate, el balón le llega a Juan Carlos que resuelve el barullo de tiro raso. 2-0

INCIDENCIAS:

En los minutos 63 y 85, Reina rechazó sendos castigos desde el punto de penalti a tiros de Alvaro Giménez, que lanzó al mismo lado que el primer gol y de Arzura, que telegrafió su disparo a la izquierda del meta.

COMENTARIO:

Lo fácil es justificar la peor actuación del Mallorca en lo que llevamos de temporada alegando a los tres penaltis señalados en su contra que pudieron empeorar aun más el resultado y la mala imagen del equipo en su primera cita del 2019. Trujillo Suárez, que es un mal árbitro, acertó en el trío de faltas máximas señaladas en el área visitante y también en la que no concedió antes pese a la reclamación del público. Por suerte o por las intervenciones de Reina, que adivinó las intenciones de Alvaro y Arzura, el marcador solo reflejó una derrota no muy honrosa, esta es la verdad, pero tampoco de escándalo.
  No sorprendió el Almería, lo han hecho aquellos equipos de potencial parecido que no dieron con la réplica a los de Vicente Moreno, casi siempre previsibles. Cerrados los espacios en torno a Salva Sevilla y Lago Jr, ya estaba cubierta la mitad de la tarea. El resto consistía en taponar las vías de acceso de ambos laterales. Por si fuera poco el técnico valenciano, poco amigo de los cambios y mucho menos de los inventos, nos dejó boquiabiertos con la alineación inicial de Martin Valjent, un central de futuro con un presente muy tierno y de Merveil, el congoleño que no mejora ni una sola de las prestaciones de Ariday.
  Con Romera e Iván Martos imperiales en las bandas, sus compañeros cortaron sin misericordia la salida de balón que siempre pasa por el mismo lugar y de robar en zonas avanzadas salieron las numerosas oportunidades de gol que otro anfitrión con mejor pegada y decisión que la del exmallorquinista Alvaro Giménez hubiera aprovechado para sentenciar la victoria sin necesidad de poner en evidencia la falta de recursos de Raillo y Estupiñán, por no hablar de Pedraza, el más vulnerable de los tres.
  Si amagas y no pegas, lo normal es que terminen dándote una paliza. El Mallorca amenazó de boquilla durante el primer cuarto de hora y la respuesta local fue tan evidente que, además de hacerse con el control de la pelota, el Almería gozó de hasta siete ocasiones claras para aumentar su tardía ventaja. Los cambios introducidos desde el banquillo bermellón no aportaron nada como tampoco la formación de salida: los mismos collares, pero distintos perros. Habrá sido una excepción en medio del curso en vigor, pero hay repasar de nuevo la dura lección recibida.