Uno de los nuestros

No son pocos los futbolistas que un día ficharon por el Mallorca y al terminar sus contratos, aquí o en otra ciudad, decidieron residir en la Isla. Desde los más antiguos -Arqué, Cobo, Oviedo, Doro, Bolao, Chango Diaz, Forneris, Amador……- a más jóvenes -Mallo, Riado, Chea, Gallardo, Sahuquillo….- a los más recientes – Engonga, Iván Campo, Scaloni, Doni, Ibagaza. Y seguro que me dejo a más de uno.

No tantos han entrado a formar parte del club. Si, los hay que han regresado a Son Bibiloni como técnicos, casos de Miquel Soler o Vicente Engonga y Antonio Oviedo fue rescatado del olvido por Jaume Cladera y Serra Ferrer para darle un puesto en la seceretaría técnica. Un grave error no solo por el desprecio que supone a sus evidentes conocimientos, sino por el feo detalle añadido de ignorar su mallorquinismo.

Por esto me alegro de que Pablo Ortells haya subsanado tan importante lapsus y haya incorporado a su departamento de dirección futbolística a Aritz Aduriz. El gesto quizás revele, por fin, la intención de mejorar la relación de empatía con quienes han vestido la zamarra bermellona, sino también aprovechar la vecindad para involucrar a buenos profesionales, magnífica persona también en este caso, en el área más importante del club.

Ojalá sea el principio de un cambio de actitud a futuro ya que, aun sin conocer las funciones específicas que se le encomienden al buen delantero vasco, ya mallorquín de adopción, el trabajo de cantera, tal cual hemos expresado hasta la saciedad, deja mucho que desear. Y por algo se empieza. Representatividad aparte, que también.