Urgencia solventada (1-0 en Son Moix)

Un penalti cometido por Barrenechea, quizás innecesario aunque indiscutible, más allá de la media hora y transformado por Abdón permitió al Mallorca sumar tres puntos importantes tras la decepción que había sufrido al perder uno ante el Villarreal en tiempo de prolongación solo tres días antes. En un partido espeso, la Real se perdió en su follaje y se vio incapaz de atravesar las líneas defensivas locales sin llegar a inquietar a Leo Román más que en una salida indecisa y a destiempo a los seis minutos y un tiro pegado al travesaño de Sucik en el 89.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Leo Román (1), A.Sánchez (2), Raillo (3), Copete (2), Mojica (2), Samu (2), Mascarell (1), R.Navarro (2), S.Darder (2), Larin (0) y Abdón (1).

Minuto 62, Muriqi (1) por Abdón y Asano (1) por Larin. Minuto 69, Dani Rodríguez (1) por R.Navarro. Minuto 87, Valery (-) por Sergi Darder y Morlanes (-) por Samu.

R.Sociedad.- Remiro (1), Aguerd (1), Elustondo (1), Zubeldia (1), Ahien (1), Zubimendi (0), Turrientes (1), Sergio Gómez (1), Sucik (1), Barrenechea (0) y Oyarzábal (0).

Tras el intermedio, Kubo (1) por Sergio Gómez. Minuto 58, Odriozola (1) por  Elustondo y Oskarson (0) por Oyarzábal y Marin (1) por Turrientes. Minuto 77, Beker (-) por Barrene.

ARBITRO:

Cordero Vega, (2) de Cantabria. Impasible y firme en sus decisiones, dejó jugar al límite. De hecho solamente señaló 10 faltas a favor del Mallorca y 5 de la Real. Amonestó a Turrientes por un pisotón sobre Samu y a Abdón por protestar.

GOL:

Minuto 32, Samu, dentro del área y algo escorado a la derecha, dispara con la izquierda, Barrenecha se opone casi de espaldas, pero con el brazo desplazado envía a córner. El árbitro señala la esquina, pero ante la reclamación de los atacantes y advertido desde la cabina VOR por el gallego Javier Iglesias Villanueva decreta la pena máxima. Abdón bate a Remiro por la izquierda a media altura, mientras Remiro se lanza al otro lado. 1-0

Locales y visitantes botaron 5 corners cada uno.

17.163 espectadores

Medallistas paralímpicos hicieron el saque de honor.

UN PENALTI JUSTO

Aun es muy pronto para hablar de urgencias, pero las hay. Se desataron en un Mallorca que no acababa de arrancar y más acuciantes las de la Real Sociedad, a años luz del equipo que deslumbró en las últimas campañas. Tanto es así que, pendientes de rotaciones provocadas por la exigencia del calendario y pese al esfuerzo realizado contra el Real Madrid, Imanol Alguacil alineó a más titulares que Jagoba Arrasate, si bien todavía no está muy claro quién lo es o no en su remozado esquema.

Cualquier espectador medianamente avezado en la cuestión, hubiera apostado por un empate sin goles al albur de los primeros treinta minutos de juego. Ambos querían sin poder y de hecho, los txuriurdin lo intentaron en dos ocasiones apenas iniciado el encuentro, con una réplica paralela de los locales antes del cuarto de hora. Salvas que no llegaron a explotar.

La mano clara interpuesta por Barrenechea, el penalti en definitiva, rompió la baraja y los esquemas; no el dibujo. Con el marcador de su lado el anfitrión, que había controlado mejor a lo largo de la primera mitad, se volvió conservador, que no temeroso. Es diferente. A la inversa, el invitado, que había intentado sin éxito aprovechar su banda izquierda, como hizo el submarino amarillo el pasado sábado, tuvo que buscar mayor velocidad y desborde para ceder la banda contraria a Kubo que, pese a sus intentos, no pudo con un Mojica incansable y pejiguero. Igual que sus compañeros.

Esta fue la clave. La fe y las ganas con la que se emplearon los once bermellones sobre el campo, sin dar un balón por perdido y sin cometer errores groseros en zonas de peligro, pudieron más que el forzado ataque blanquiazul obligado a desenmarañar una tela tejida desde el orden, la seriedad y la fuerza moral inyectada por aquel gol inesperado pero posiblemente justo, porque el contrincante no esgrimió un solo argumento capa de mejorar el trío de su vencedor que puede no fuera de ases, tal vez solo de jotas o dieces, lo bastante para ganar a una simple pareja de nueves.