Velando armas

Las derrotas del Cádiz y el Granada, unidas al empate del Levante, abonan una semana plácida para el Mallorca en vísperas de la visita del Real Madrid. El descenso anda cerca, pero no agobia.

Pese a la tranquilidad que proporcionan estos resultados y aunque el visitante de turno sea ese que no negocia en ningún momento la intensidad, el tiempo o la rendición, haríamos mal en descartar las opciones locales como ya hizo Luis García Plaza al enfrentarse ambos en la primera vuelta del campeonato.

Tampoco negaremos que las posibilidades de ganar a los de Ancelotti o siquiera sumar un punto, son escasas en pura hipótesis, pero tampoco sería la primera vez que Florentino Pérez saliera de Son Moix cariacontecido en circunstancias no muy diferentes de las actuales, aunque la distancia que su equipo ha puesto respecto a sus perseguidores en la clasificación le concede un margen relativamente amplio de maniobra y aire para detenerse en una meta volante.

De otros pormenores tocará hablar mañana, veinticuatro horas antes de la cita que tampoco conseguirá llenar Son Moix. Es curioso que cuando, en ciertas ocasiones, desde el club se ha reclamado a los abonados que cedan sus pases en caso de no poder acudir al estadio, ahora se les pide que no los vendan. Animar es una cosa y el negocio, otra. Bueno, tampoco es que los americanos hayan colocado al frente de la empresa a ninguna lumbrera, pero que les pongan la perla del calendario en lunes también tiene bemoles.