Los futbolistas (y los médicos) se rebelan

No sorprende lo más mínimo que el protocolo («protoculo» según un artículo anterior de este blog) que Sanidad pretende habilitar a partir del día 11 para el regreso de los futbolistas profesionales a los entrenamientos y, posteriormente, a la competición, asuma casi punto por punto las sugerencias que al respecto recibió del CSD y la LFP, tan irresponsable el primero como la segunda.

Al margen del postulado que aconseja la reanudación de las competiciones y su transmisión televisiva «para dar una mayor sensación de normalidad colectiva» y las palabras del presidente Pedro Sánchez el sábado «¡ojalá volvamos a ver fútbol muy pronto», en sintonía con todo ello (toman a los aficionados como borregos ávidos de babear ante una pantalla de plasma o cristal líquido), algunos de los argumentos no se sostienen (ya los resumí aquí hace unos días) y la AFE ha emitido un comunicado de desacuerdo que, sospechosamente, ha sido minimizado por determinados medios de comunicación.

La Asociación de Futbolistas esgrime que el texto de referencia se sometió a su examen con solo una hora y quince minutos de tiempo para emitir su opinión y fundamentar sus enmiendas y/o rechazo. Exigen, como haría cualquiera de nosotros, que las pruebas a las que deban someterse las realicen especialistas, que no se dén a conocer los nombres de posibles afectados por el COVID 19, si los hay, que se aclare si en este caso el resto de su equipo ha de declararse en cuarentena, que el diagnosticado no sea apartado fuera de un hospital o una habitación acondicionada profesional y específicamente, pero a mayores que obligarles a concentrarse durante un periodo de tres o cuatro semanas es anticonstitucional y apelan al derecho laboral que regula la relación de trabajadores y empresas.

Insisten en no jugar con temperaturas superiores a los 32 grados, un receso de 3 o 4 minutos en cada período si lo hacen por encima de los 28 y no disputar dos partidos consecutivos con menos de 72 horas de separación entre ambos. Y están diciendo, aunque no lo escriban, que no quieren jugar hasta que no se den las condiciones de seguridad sanitaria determinada por personal acreditado y no por políticos o ejecutivos. Una postura que avalan los facultativos de cada club, presionados y silenciados por los directivos.

¿Nos hemos vuelto locos?. Si. El dinero ha hecho más que emborracharnos y embrutecernos, nos ha esclavizado.

Observación: Lean la edición del lunes 4 de mayo de El Periodico de Catalunya