Juego de Tronos

La salida por la puerta de atrás de Luis Rubiales, el rey que coronó a Pep Sansó por decreto en la Federación Balear de Fútbol con el beneplácito de Carles Gonyalons (PSOE) desde la Dirección General de Deportes del Govern y la de Juan Antonio Ramonell (PP) con todo el aparato detrás, ha desatado lo que Georges R.R. Martin desarrolló a lo largo de varios libros;  «Juego de Tronos» el más aclamado.

La «Canción de Hielo y Fuego» va más allá de la frialdad con la que actúan las instituciones, las autonómicas más que las estatales, y ha destapado el secreto a voces que era la guerra por el Trono de Hierro, que libran Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid y Javier Tebas, el de la Liga de Fútbol Profesional. A Pedro Rocha, sucesor designado para el sillón de la Federación Española de Fútbol, le tienen en el «muro» aguardando si ganan los «Caminantes Blancos» o los dragones.

Se preguntarán qué pinta el constructor del estadio Santiago Bernabéu más ruidoso, y a su vez impecable, en medio de la tregua que firmaron los reyes de Las Rozas y Torrelaguna, un pacto de intereses para deshacerse del lastre del destronado Rubiales. La tropa lanzada durante el pasado campeonato contra el ejército armado de los árbitros, calificación usada por el mallorquín Mateo Alemany cuando aspiraba a vencer a Angel Villar «in illo tempore» con la ayuda de Tebas y la traición de Bestard y el resto de barones regionales, no deja lugar a dudas acerca de la superioridad merengue sobre el príncipe extremeño reducido y recluído al amparo de la Eurocopa de su Selección, que a Pérez le resbala si consideramos los pocos españoles que pacen en su plantilla.

En pleno desarrollo del «Choque de Reyes», la amenaza del Tribunal de Arbitraje Deportivo para desbancar al jefe de la patronal de clubs, desemboca en la «Tormenta de Espadas» de la que saldrá o no la Superliga, una de las ambiciones, no la única, del denominado por su propia hija, «ser superior». A Jan Laporta no le han dejado ni sitio en esta mesa, su reino no es de esta serie.

Para entender la trama quizás deban ver las siete temporadas del culebrón medieval. O quizás no. Tampoco es tan difícil. Sea como fuere «pronto llegará el invierno». Y conste que hay precuela.