Acorazado contra submarino
Estamos de acuerdo en que las cámaras no deberían entrar en los vestuarios ni antes ni después de los partidos. No aportan nada e incordian a los jugadores. No sirve ni como espectáculo televisivo aunque en la Liga se lo crean, pero si vamos a hablar de esto, mejor lo dejamos para el «Hola».
Segunda jornada, segundo contrincante vestido de amarillo y con un patrón de juego no muy distinto a Las Palmas, aunque el Villarreal cuenta con un elenco con un trato de balón infinitamente mejor. La posesión es innegociable en los equipos que dirige Quique Setién aunque a veces, como ante el Betis en el acto inaugural, no le sirviera de mucho.
Javier Aguirre anticipa la titularidad de Sergi Darder, quien tendrá una dura batalla que librar en el centro del campo, zona de confort de los visitantes, especialmente reforzados con la incorporación de Santi Comesaña (Rayo), bajo la batuta de Dani Parejo y la fuerza de Capoue, Baena o Terrats. El de Artá necesitará ayuda para imponer su partitura en medio de tan imponente concierto y tampoco es cuestión de inyectarle una sobredosis de responsabilidad y protagonismo.
Con Foyth y Pedraza fuertes en las bandas, el talón de Aquiles podría residir entre los centrales, donde la veteranía de Albiol contrasta con la juventud de Cuenca, peligroso en balones por arriba, y alterna con Mandi, seguro aunque irregular. Sorloth, procedente de la Real Sociedad, es la apuesta cerámica como futbolista más adelantado, poco estático y capacitado para abrir huecos en una zaga, la local, habitualmente firme. Pero habrá que estar muy pendientes de las segundas jugadas.
Pita Javier Alberola Rojas, que se estrenó ya hace una semana en el Almería-Rayo (0-2). El árbitro de Ciudad Real lleva seis temporadas en Primera, donde debutó con solo 25 años. Meticuloso en las áreas, ya pitó dos penaltis contra los locales en el estadio Power Horse, es serio y no demasiado dialogante, lo cual no es necesariamente malo. En todo caso sorprende su designación dos semanas consecutivas cuando alguno de sus colegas, como el mallorquín Busquets Ferrer, que aun no han pisado césped. Pero esto es harina de otro costal.