Amistades peligrosas
Quien a hierro mata, a hierro muere no es solamente un refrán, sino una consecuencia de determinados hechos. En cualquier caso el refranero está lleno de otros modismos que vienen a significar lo mismo o algo parecido.
Hemos contado estos días atrás que a un entrenador del Mallorca, Antonio Oviedo, le cesaron por telefóno en pleno día de Nochebuena. Sería por las prisas, ya que en aquellos años la liga no se interrumpía en Navidad. La AFE, el sindicato de futbolistas por antonomasia, reivindicó y logró en España que sus representados pudieran celebrar la festividad con sus familiares, aunque a día de hoy muchos de ellos no tienen nada que celebrar en tan señaladas fechas, sea por su religión o sus diferentes culturas. Sin embargo, lo que no ha cambiado es la costumbre de despedir a la gente, sea el día 25 de diciembre, el Dia de los Inocentes, Nochevieja, Año Nuevo o los Reyes Magos.
El nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol, ya veremos si por mucho tiempo o no, se ha cargado al penúltimo presidente de la Federación Territorial de les Illes Balears, Pep Sansó, que había ostentado el cargo por decisión del dimitido Miquel Bestard y mediante maniobra de Luis Rubiales, que viajó a Palma con las cinco renuncias de los cinco vicepresidentes que le precedían en el escalafón, solo pendientes de las firmas pactadas.
El delfín de Bestard prolongó su mandato por encima del reglamento en uso con la aprobación del entonces director general de deportes del Govern Balear, Carles Gonyalons (PSOE) y una vez obligado a convocar elecciones, aprovechó la escasa diligencia del sucesor de este último, Ramonell (PP), para hacer campaña en favor del ganador del litigio, Jordi Horrach. Mala tarde porque el apoyo del actual jefe de Son Malferit al aspirante Salvador Gomar (Valencia) contra el elegido Rafael Louzán (Galicia), le ha costado a Sansó el finiquito por burofax, un medio más moderno que el teléfono fijo.
Unos y otros se lo tienen más que merecido porque si en lugar de trapichear con un sistema electoral caduco, clientelar, asambleario e injusto, hubieran apostado por unas elecciones libres y abiertas a todos los sectores que intervienen en el fútbol, ni siquiera el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, sería el vicepresidente de la Federación Española, un contrasentido que, incluso a la espera de la resolución del Tribunal Supremo ante el recurso presentado por la condena al dirigente gallego, carece de lógica. Es lo que tienen las amistades peligrosas de las que nadie se libra.