Anuncios gratis
En aquel tiempo los clubs de fútbol anunciaban el dia y la hora de sus partidos con anuncios en periódicos, programas, pósters y folletos. También debían hacerlo así los toros, cines y otros espectáculos.
Los medios de comunicación, lógicamente, cobraban dichas inserciones, no a precio rígido de tarifa, pero si con descuentos. También lo hacían las imprentas. Ahora no solo no lo hacen, sino que publican en sus páginas digitales y gratuitamente, la fecha de dichos eventos que, según ellos mismos, devienen en las más consultadas.
La mansedumbre de las empresas editoras y podríamos añadir las de radio y televisión se ve claramente patentizado cuando, sin el menor rubor, atienden a las ruedas de prensa celebradas con paneles de publicidad estática detrás de los protagonistas e incluso alguno por delante que, quieran o no, se reproducen en las pertinentes fotografías o planos televisivos. Unos anuncios de los que solo cobran los convocantes y nunca los convocados. Su generosidad es total. Luego, eso si, se quejan de la caída de la inversión publicitaria en sus ventanas, olbigados a bajar y negociar precios después de haber consentido transformar aquella vieja publicidad en información.
El del Real Mallorca es un ejemplo paradigmático porque, a mayores, publicita gratis una casa de apuestas que también patrocina sus camiestas. Justo cuando en alguna autonomía ya se están prohibiendo dichos mensajes.
Es probable que no se puedan poner puertas a la mar, sobre todo si no hay océano alguno por delante. Los periodistas acuden a las comparacencias de políticos, artistas, deportistas, etc, con una sumisión absoluta, aunque una vez allí no se admitan preguntas o se conteste lo que cada cual le dé la real gana. En mi opinión motivo de más para que no se regale ni un centímetro de papel o un segundo de televisión. Pero me temo que han perdido la batalla y también la guerra, hace mucho tiempo. Probablemente la primera vez que aceptaron una subvención pública.
Ahora han caído en una nueva trampa, rendidos ante la invasión de las redes sociales. Pretenden ocupar este espacio que ya no controlan con estructuras propias de las redacciones y otros departamentos convencionales. Sus cuentas de explotación no dan para más y aun así pierden dinero año tras año.
Mi antiguo director general en Antena 3, Manuel Martín Ferrand, decía que solamente teníamos que acudir a las ruedas de prensa que nos interesaran a nosotros, no a quien las convoca. Su ejemplo ha caído definitivamente en saco roto.