Borrasca sobre el palmeral

Hace mucho que se perdió el antiguo morbo despertado por las confrontaciones del Elche y el Mallorca. El tiempo actúa como una infalible goma de borrar. Tanto que, de glosar a Llompart, que entrenó pero nunca jugó con los bermellones, nos hemos olvidado de otras coincidencias como las de Bigas, Paco Bonet, Antonio Oviedo, Juan Carlos Forneris, Currucale, Julián Mir e incluso el «Divino Calvo» quien, igual que el inquense, vistió de verdiblanco y se sentó en el banquillo del Lluis Sitjar. Precisamente César Rodríguez, ya entrenador mallorquinista, fue preguntado sobre posibles incidentes ante la visita de los ilicitanos: «La sangre no llegará al río, respondió, porque en Palma no hay río ni hay sangre». Ha llovido 57 años desde entonces.

Viejas batallitas aparte, el partido que cierra la octava jornada en primera división llega con urgencias para los locales. Cesado Francisco, el planteamiento, la preparación y la alineación será responsabilidad de los técnicos del filial, Gallego y Nino. Cuentan con la baja de Fidel, son duda Fede, Pastore y Mascarell. Lucas Boyé, su primera baza ofensiva, y el lateral zurdo Clerc han entrenado esta semana con precaución. Dadas las circunstancias no sería de extrañar que imitaran el dibujo habitual del visitante, tres centrales, para evitar disgustos. Bastante tienen ya con un solo punto de los veintiuno disputados.

La ausencia de Jaume Costa por lesión y el alta en la convocatoria de Amath son las únicas novedades en la lista dictada por Javier Aguirre con 25 jugadores disponibles. Está claro que el mejicano no cambiará el sistema y, de tocar algo, será poco o nada, a excepción de la presencia de Cufré en el once para paliar la baja del lateral izquierdo. Un cambio obligado.

Arbitrará Valentín Pizarro Gómez, de Ciudad Real pero inscrito en el Comité madrileño. Más paloma que halcón, aunque su debut en Primera fue en un Mallorca-Real Sociedad (0-1) hace dos años. Ya lleva tres en la categoría.