Con Muriqi y sin Muriqi

No creo en el destino, pero tampoco en las casualidades. Ojalá la lesión sufrida por Muriqi carezca de la importancia temida porque de lo contrario el Mallorca no lo habría perdido por el partido que pidió aplazar, sino por tres, cuatro y alguno más, incluido el que quiso evitar, el del Cádiz. Rezemos para que pueda jugar el martes ante Bielorrusia y regresar a Palma aunque a dios se le supone demasiado ocupado en cosas más importantes, para no sólo tener que prescindir del futbolista sino, además, hacer el ridículo.

A la espera de noticias confirmadas desde Kosovo y aunque entremos en el terreno de la especulación, ya nos preguntábamos lo que representaría una lesión del kosovar, reconocido como imprescindible por el cuerpo técnico y el director deportivo. Sin haber mostrado más recurso que buscar al mismo jugador tanto para bodas como bautizos, excepto para sacar faltas o saques de esquina, no queda muy claro si se podía continuar igual con Abdón o Larin como referencias. La reflexión nos dió negativa.

Como Javier Aguirre no lo ha dicho, ni lo dirá y Toni Amor todavía menos, alguien tendría que haber hecho de la necesidad virtud, al estilo del presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez, e inventar un esquema de juego y equipo diferentes.Tal vez, incluso, se tendría que intentar aunque el goleador vuelva sano y salvo de su aventura en el patatal de Pristina donde la UEFA, tan exigente en todo, permite que se disputen partidos internacionales para hacer caja. En otra vida hasta se podría excluir la obligación de acudir a las convocatorias de las selecciones o, mejor aun, reducirlas a la mínima expresión.