Corazón caliente, pero cabeza fría
Que el 70 por ciento de los jugadores que militaron en el Mallorca en Segunda B hayan contribuido o participado en el ascenso a Primera no implica que el mismo porcentaje o inferior sirva para garantizar la permanencia la próxima temporada. Ahora todos nos parecen internacionales e incluso el domingo marcaron tres golazos con sello de primerísima calidad, pero una vez finalizados los festejos y rebajada la euforia es el momento de mantener la cabeza fría por caliente que tengamos el corazón.
Tal como preveíamos ayer el primer paso ha sido reducir las vacaciones a tres semanas escasas, pero en los despachos ni eso. El milagro no es tan prodigioso si consideramos datos que Maheta Molango ha mostrado gran interés en mantener ocultos. En la categoría de bronce manejó el mayor presupuesto entre los ochenta equipos participantes, este año alcanzó un tope salarial superior a los 7 millones después de llorar durante todo el verano en los medios y un presupuesto por encima de los 17. Por supuesto todo con el visto bueno de la propiedad que, entre inversiones, pérdidas, operaciones de acordeón y concurso de acreedores habrá desembolsado no menos de 40 millones de euros en tres años. Naturalmente ha llegado el momento de recuperar una gran parte de todo ello.
Ahi está el quid de la cuestión. La SAD equilibrará su situación patrimonial y afrontará el curso con un horizonte financiero más firme. Recuerden, por si se les había olvidado, si leyeron aquí desde el mes de agosto pasado que el ascenso era una obligación. Reacondicionar la plantilla no será barato, pero se puede hacer sin tirar la casa por la ventana, pero en función de su planificación y su perfil colectivo sabremos si Sarver y sus socios van en serio o de farol.