Crueldad intolerable (0-1 en Son Moix)

Un gol en el minuto 95 invalidó el esfuerzo del Mallorca por conservar el empate inicial después de haber dispuesto de alguna ocasión en la primera parte y rendirse en la continuación incluso antes de que Mascarell, minuto 72, fuera rigurosamente expulsado a instancias del VAR, palabra de dios (te alabamos señor), en una falta sobre Jesús Rodríguez en la que había despejado limpiamente el balón aunque en la inercia fuera a dar con el tobillo del contrario.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Greif (1), Maffeo (1), Raillo (1), Copete (1), Mojica (1), Samu (1), Mascarell (1), Robert Navarro (1), Dani Rodríguez (0), Sergi Darder (1) y Larin (0).

Minuto 62, Muriqi (1) por Larin y Asano (0) por Sergi Darder. Minuto 73, A.Sánchez (1) por R.Navarro. Minuto 90, Mateu (-) por Maffeo.

R.Betis.- Adrián (1), A.Ortiz (1), D.Llorente (2), Natan (2), Arribas (1), Johny Cardoso (1), Marc Roca (0), J.Rodríguez (1), Isco (1), Abde (0) y V.Roque (0).

ARBITRO:

Alberola Rojas (0), de Ciudad Real. Riguroso con las amonestaciones a los jugadores locales y permisivo con la reiteración de las visitantes. Carente de personalidad para aplicar su criterio y no los del árbitro de segunda división Trujillo Suarez, en la cabina VOR, al expulsar a Mascarell y pasó por alto la segunda amarilla a Bakambú y la primera a Pablo García por simulación e incluso la roja a Isco por embestir a Greif. También hubo tarjetas para Larin y Abde. En cambio acertó al no pitar los penaltis que le pidieron, dos en el área verdiblanca y uno en la local.

GOL:

Minuto 95, Pablo García se cuela por al lateral derecho del área amplia, centra a la pequeña donde Bajambu cabecea a placer entre Copete y Raillo que no reaccionan. 0-1

Se sacaron cuatro corners en cada portería.

En el minuto 12 multitudinaria pañolada en la grada cuyo destino el Mallorca se ha encargado de difundir que solamente iba contra la Federación al inhibirse ante el acoso sufrido por sus seguidores en Arabia, sin respuesta por parte del club.

19.4252 espectadores

SIN ACIERTO

Ganó el primero que dio en la diana, aunque fuera ya en tiempo de prolongación y sin haber acreditado mérito alguno. Claro que tampoco lo mereció el Mallorca que no pudo acogerse al viejo lema «si no puedes ganar los tres puntos, al menos no pierdas uno», pero si además de no tener fútbol para generar más que unas pocas ocasiones, al menos no hay que desperdiciarlas con la falta de puntería e intensidad que aquejan a unos artilleros más propios de la infantería que de armar sus cañones.

Mermado por sus numerosísimas bajas, el Betis salió a verlas venir. Durante los primeros 45 minutos apenas pisó siquiera los alrededores de la retaguardia rojilla. Sergi Darder, demasiadas veces con un toque o pase de más, trataba de conducir a sus compañeros, voluntariosos aunque imprecisos, aprovechando la habilidad de Robert Navarro, miedoso a la hora de rematar, y las incorporaciones de Mojica o Maffeo, desafortunados en la entrega. Solo una de este último al segundo palo para el colombiano, arrancó un «uy» pese a lo desviado del disparo resultante.

Pellegrini, zorro viejo, había visto el percal. Metió en la batalla a Altimira en lugar de Marc Roca con instrucciones de conducir más el balón y cercar a un anfitrión que iba perdiendo fuelle en consonancia con el avance del cronómetro. Aun así Juanmi tampoco vió puerta en la única oportunidad bética y pese a la superioridad numérica adquirida tras la rigurosa roja a Mascarell, el despiste defensivo que no se había producido alumbró el calco de los cuatro tantos encajados en Villarreal. No había tiempo para una reacción imposible que tampoco se activó con la precedente entrada de Asano y Muriqi, más luchador que Larin ni los relevos de Sergi Darder y Robert Navarro que obligaron a Dani Rodríguez a hacer un esfuerzo para el que ya no está preparado.

Vicente Engonga me contó hace años lo que le indujo a la retirada: «no es la capacidad física, ni la rapidez, sino la pérdida de velocidad mental». Y a este Mallorca, en evidente crisis de resultados, le hace mucha falta recuperar la chispa.