Cuando llegue noviembre

Aunque el valor del empate es el mismo, hay diferencia entre firmar tablas con el Real Madrid o con un equipo de la zona más baja de la clasificación. Lo más importante del resultado del pasado domingo en Son Moix es el punto conseguido, pero durante el primer tercio de la liga se dan marcadores muy extraños y valorar el comportamiento de cualquier equipo comporta un alto riesgo de caer en importantes equivocaciones.

Caigamos en la cuenta de que en la reciente jornada inaugural del campeonato hubo un solo equipo, uno, que no marcó ningún gol, el Espanyol. Los 19 participantes perforaron alguna vez las porterías adversarias aunque cuatro de ellos fueran derrotados. Es decir que el marcador se movió en todos los estadios sin más excepción que la mencionada en el Nuevo Zorrilla, una circunstancia que me atrevo a predecir que no se repetirá en otras muchas de las 37 citas que le quedan al calendario.

La concesión de las asociaciones de clubs profesionales y las federaciones, de permitir el trasvase de futbolistas con la competición en marcha, ya discutida por muchos entrenadores, influye decisivamente en los planes iniciales aplicables a cualquier vestuario. Más grave que el mercado se abra o cierre en fechas aleatorias no coincidentes en todos los países. Tanto la FIFA como la UEFA pasan de puntillas sobre las lógicas peticiones de implantar un calendario único más allá de reducir los torneos que se sacan de la manga con el único fin de incrementar sus ya cuantiosos ingresos. La temperatura, el acoplamiento de nuevos jugadores en cada uno de los participantes o la adaptación a cambiantes sistemas, dibujos e ideas de juego, son otros de los elementos que complican los augurios antes de que el tren alcance su velocidad de crucero.

Dejo para el último párrafo, la necesaria comunión de los directores deportivos con los técnicos, una disociación que se hizo evidente entre Ortells y Javier Aguirre, a veces interpelado nada menos que por Alfonso Díaz fuera de sus funciones asignadas, y que no debería continuar con Jagoba Arrasate cuyo contrato, no lo olvidemos, contempla tres años de convivencia.