De la actitud y la aptitud

Nada es tan importante como los 9 puntos que tiene el Mallorca o los 12 del Málaga. Ni a uno ni al otro se los quita nadie y siempre es bueno comenzar bien y atesorar trigo para cuando llegue la sequía. Pero cuatro jornadas de liga no permiten adelantar acontecimientos ni, como hemos dicho otras veces, sacar conclusiones. No porque la competición sea muy larga y pueden surgir sanciones, lesiones u otro tipo de circunstancias que condicionan la trayectoria de los equipos, sino porque todos se van estudiando unos a otros y a medida que avanza el calendario se hace más difícil sorprender al contrario con tu sistema y tus estrategias. La prudenca aconseja evitar valoraciones hasta que no se haya disputado el primer tercio del campeonato.

Pero una cosa muy positiva si  que es posible destacar en el conjunto de Vicente Moreno: la actitud de los jugadores más allá de su aptitud. Ya he visto unos pocos encuentros de la categoría y a muchos de los competidores, no a todos, y me atrevo a  afirmar que, junto con el Lugo y quizás el Albacete, no he visto a unos profesionales más entregados que los bermellones. No regatean esfuerzo en todas las zonas del campo, pelean por cada balón, corren que se las pelan y dan toda una lección, por no decir cátedra, de pundonor, sacrificio y solidaridad. Si la condición física les acompaña, estamos ante una escuadra difícil de batir y mala de soportar.