De locura en locura

«A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron y por golosas murieron presas de patas en él». Este verso de la poesía de Felix de Samaniego se explicaba en los colegios en clase de literatura. Ignoro si aún lo hacen. Pero no es de la decadencia de los planes de enseñanza de lo que venimos a hablar aquí. Si sustituimos el dulce néctar por el fútbol y las moscas por los compradores de clubs entenderemos fácilmente la comparación.

Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional y confeso admirador de la gestión del Real Madrid, ha tenido que recurrir al fondo de inversión CVC con el fin de liberar la tarta de tanto insecto atrapado. Ahí siguen, unos más que otros, esperando hipotecarse para los próximos cincuenta años con tal de seguir lamiendo su porción de pastel, también repartidas de forma desigual.

La Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol acaba de aprobar para su presidente un salario de 675.000 euros anuales, más de lo que perciben la mitad de los futbolistas de primera división y, por si fuera poco, una «ayuda» de 3.000 más para vivienda. ¿Nos hemos vuelto todos locos?. Si. Desde luego Rubiales contaba con el voto de Miquel Bestard, de eso no cabe la menor duda por insignificante que sea. No sabemos si eso incluye las comisiones de la Supercopa o no.

Cuando los clubs que componen el cuerpo federativo apoyan semejante delirio, ¿qué no deben malgastar en sus propias arcas con tal de conservar su falso status sostenido sobre un montón de balances negativos acumulados?. Podríamos preguntárselo a Robert Sarver y sus socios, que sostienen un club en el que ya han depositado 60.000.000 de euros, pretenden incrementar su capacidad y no solo no han llenado desde su adquisición, sino que figura entre los que menos espectadores atrae en sus partidos televisados.