De vuelta a la liga


El Granada ha recuperado a Foulquier en una operación destinada a paliar los efectos de su evaporación tras un espectacular comienzo de competición que les elevó a lo más alto de la tabla. Algo que les ha venido muy bien como colchón de reserva en la recta final de la primera mitad de liga que parece haber demostrado que no era oro todo lo que rodeaba la Alhambra o, en este caso, los Nuevos Cármenes.

De propiedad china, como el Espanyol o el Valencia, aun se deja notar la influencia de la familia Pozo, herencia que Enrique Pina se llevó para Cádiz, club al que desea y anuncia volver. Pero esto son otras pendencias o historias. Es tan cierto que los nazaríes empezaron muy bien como que ya no mantienen aquel nivel y aunque el parón navideño les habrá venido bien para atemperar nervios, ahora mismo son una ecuación por resolver.

Malos resultados en sus últimas citas, muchos puntos perdidos con una caída importante respecto a su seguridad defensiva, a su poder realizador y, sobre todo como local, una acreditada firmeza. Allí perdió incluso el Barça, que no es decir poco. Su gran apuesta ofensiva fue el fichaje de Soldado, si bien su contribución al conjunto no ha resultado tan importante. Pero es un equipo generalmente bien ordenado en cuyo centro del campo sigue mandando Montoro y cuya colectividad está por encima de las individualidades, objetivo máximo de su técnico, Diego Martínez, el técnico milagro del Sevilla Atlético.

Por lo que respecta al Mallorca, una vez más Vicente Moreno ha dejado claramente expuestas sus prioridades. Los nombres de los que no viajan, salvo los de los sancionados Baba y Budimir junto al lesionado Sastre, dicen mucho más que las de aquellos que integran la expedición. La presencia del «Cucho» Hernández aclara la la identidad del delantero centro, pero no tanto la del designado para sustituir a Idrissu, una de las joyas de la corona cuyos derechos comparte el Leganés. Vuelve Raillo, algo es algo. No Baba Rahman, otra pista.

Arbitra Soto Grado, recién ascendido a primera división. En Segunda me parecía un buen árbitro. Lleva nueve partidos en la élite, saldados con más unos que doses, aunque esto no significa mucho. Pitó a los andaluces en Cornellá (0-3) y debuta con el Mallorca, al que dirigió la pasada temporada en Palma con motivo de la visita del Alcorcón y sin grandes problemas. Expulsó a Budimir al final de la segunda parte por doble amarilla en un encuentro que, con 2-0, había quedado visto para sentencia a los 20 minutos.