Deberes para el 2020
Pues al Mallorca le quedan bastantes deberes pendientes dentro de la primera mitad del 2020. No me refiero a cuestiones puramente sociales como la solución al contencioso del viejo Lluis Sitjar, sino a corregir la trayectoria del equipo cuyos números en esta primera vuelta a punto de finalizar han dejado bastante que desear pese a que haya tres competidores en peor situación. Claro que los tres han dado algún paso para no resignarse a su destino y aunque ahora mismo la reacción del Celta de Oscar García o el Espanyol de Abelardo esté por ver, el futuro más inmediato determinará hasta qué punto se mantiene la ebullición del efecto Javier Aguirre en el Leganés.
El punto de partida no es para sentirse demasiado optimista. Los de Vicente Moreno están a un partido de pasar el ecuador de la liga con unos números discretos como local, con las mismas victorias que derrotas y dos empates, un equilibrio reflejado en los once goles marcados por otros once encajados. El triunfo sobre el Real Madrid evita un balance más pesimista.
No hace falta insistir en su pésima trayectoria en calidad de visitante. Es el segundo que más veces ha visto perforada su meta lejos de su estadio y solamente ha obtenido un punto, después de haber caído ante rivales presumiblemente directos como el Alavés, el Valladolid y en Butarque porque, en efecto, el calendario que viene preocupa si el vestuario no hierve.
Debería aferrarse a Son Moix con la perspectiva de sacar adelante al menos cuatro de las ocho batallas restantes, ya que, salvo sorpresas, sus desplazamientos representan dificultades más serias. Recordemos que hasta la fecha presente solo ha sumado el 27 por cien de los puntos en disputa y para asegurar la permanencia precisaría estadísticamente no menos del 35 por ciento, es decir 25 puntos de los 57 restantes, o sea ganar prácticamente la mitad de las jornadas por venir. Eso sin mirar para atrás.