Despiértenme en marzo

Lamento decir que no comparto la mediática expectación que despierta el sorteo de la primera fase de la Champions League. 32 son demasiados participantes, lo que reduce al mínimo interés la mayoría de partidos. Se clasifican, salvo muy contadas excepciones, si las hay, los 16 de siempre, pero para llegar a ello hay que tragar la friolera de 24 partidos por grupo lo que multiplicado por 8 da la disputa de 192 partidos de los cuales y suponiendo mucho se salvan 16.

Ignoro lo que las televisiones pagan por ello, pero particularmente y con todo respeto a las aficiones de la mitad de equipos competidores, que los aguante quien quiera. Yo no. Prefiero un Real Madrid-Sevilla, por poner un ejemplo, antes que un duelo entre los de Zidane y el Brujas o un Barcelona-Betis primero que la visita de Messi y los suyos al campo del Slavia Praga. De verdad, estos partidos me aburren mucho.

A estas alturas ya hemos aprendido que la voracidad recaudatoria de la UEFA, la FIFA y todas estas organizaciones, más que instituciones, no conoce límite. No contentos con la Champions, luego viene la Europa League y amenazan con un Mundial de tropecientas selecciones, además de la Supercopa, el Mundialito de no sé qué la verbena de las confederaciones y mandangas de distinta índole. Yo paso, la verdad. Despiértenme en marzo, por favor.