Dime cuándo, cuándo y cuándo

He tardado unos días en referirme a las nuevas y más recientes soflamas de Maheta Molango por respeto al equipo y sus compromisos de liga. El consejero delegado del Mallorca se crece cuando las cosas van bien y se esconde si van mal. Ni apareció después de la derrota en Miranda que certificó el descenso a segunda B, pero ha salido a sacar pecho tras el regreso a Segunda A y, ahora, después de la victoria sobre el Real Madrid.

Cuando se queja de no recibir nada a cambio de las obras, importantes según él, efectuadas en Son Moix pasa por alto que su empresa, totalmente privada y de capital extranjero, disfruta de una instalación pública cedida gratuitamente o, lo que es lo mismo, privatizada a su medida, con el único compromiso de mantenerla en condiciones y actualizarla según su uso.

Cuando presume de haber pagado el concurso de acreedores en que estaba inmerso el club, olvida intencionadamente que al adquirir las acciones de Utz Claassen sus jefes, los americanos y él mismo, conocían perfectamente dicha obligación, así como las cantidades pendientes con la Agencia Tributaria. Nadie les puso una pistola en el pecho para firmar. Lo hicieron en pleno conocimiento de las circunstancias por las que se atravesaba y porque creyeron que se podía hacer negocio, según las propias palabras de Andy Kohlberg y sus socios.

Cuando exige soluciones al farragoso asunto del Lluis Sitjar oculta la ofensiva oferta que puso en la mesa de sus copropietarios a quienes ofreció una compensación económica irrisoria, incluso bastante por debajo de la propuesta luego por el Ajutament por debajo del valor de tasación calculado por distintos especialistas profesionales.

Ya el colmo es calificar el proyecto de residencia en Son Bibiloni, ajeno a la normativa aplicable, como «un legado para la gente de aquí». ¿Qué pasa, que se van a marchar ustedes dejando al mallorquinismo la herencia de la ciudad deportiva gratis et amore?. ¿No será más bien que bajo la excusa de un sentimiento del que nunca se podrán apropiar, pretenden mejorar el futuro de «su» negocio?.

¡A vender motos en Montjuic o Ifema! y películas en el Festival de Cannes!, que está más cerca que Phoenix.