El aficionado, el último mono

La guerra entre la Federación Española de Fútbol y la Liga de Fútbol Profesional se recrudece tras cada reunión al punto de amenazar con librarse en los tribunales de justicia antes que en el Consejo Superior de Deportes que, como árbitro, no logra un solo segundo de paz y, por supuesto, ningún acuerdo.

Para no perdernos en infinidad de detalles, recordaremos que los dos grandes temas discordantes son los partidos de los lunes y el pago de la patronal a la instititución que preside Luis Rubiales por la programación de un encuentro los viernes por la noche. Tebas se niega a asumir el aumento de la tasa que se propone desde Las Rozas y no hace sino abandonar las reuniones y amenazar con demandas.

Yo me pregunto desde mi más completa ingenuidad: ¿y si consultaran al aficionado?. La irrupción de la televisión ha arrinconado al verdadero proveedor del negocio en cuestión, que es el espectador. No solo el que va al campo, cada vez menos por cierto pese a las multas del presidente de la Liga, sino también el que paga por visión. ¿O es que ya nos hemos olvidado que si la televisión puja por los derechos audiovisuales es porque hay un público que se abona a las plataformas que ofrecen las transmisiones?. ¿Qué pasaría si dichos televidentes dejaran de pasar por caja?. Ya es hora de que exijan sus derechos y sea los aficionados quienes digan si quieren o no fútbol los lunes o los viernes. Ellos son los verdaderos dueños del tinglado por mucho que Rubiales, Tebas o toda la corte celestial se empeñen en lo contrario. ¿Por qué no se les pregunta?.