El día, o días, después
El anuncio de diversos expedientes temporales de regulación de empleo en clubs como el Barça o sociedades anónimas deportivas como el Atlético de Madrid vuelve a poner sobre la mesa el difícil panorama que se cierne sobre el fútbol mundial a cuenta de la paralización de sus actividades debido al coronavirus. En este caso concreto no estaría de más que, de una vez por todas, el Consejo Superior de Deportes entrara de lleno en la competencia desleal que supone un campeonato entre sociedades deportivas sin ánimo de lucro, objetivo social solo para las escrituras de constitución, y el resto, la mayoría, sujeto a normativas muy diferentes. Un caramelo envenenado que nadie quiere saborear.
Pero no vamos a eso, sino al trabajo que aguarda a los asesores jurídicos, por una parte, y a los agentes sociales por otra. Que presente un ERTE una sociedad cuyo consejero delegado se fuma un salario de más de tres millones de euros anuales en una patronal cuyo presidente, Javier Tebas, percibe un millón doscientos mil euros y nadie hable de reducir tales emolumentos, se aproxima a un fuerte contrasentido. Y claro, todos apuran al máximo las opciones de reanudar las competiciones cómo y cuándo sea porque no solamente bailan los ingresos de la LFP y sus asociados, sino la deuda contraída por Mediapro cuya cuerda se aprieta en el cuello de Jaume Roures como haya que empezar a renegociar la cesión de los derechos de unas imágenes que no existirán si la competición no termina.
Ahi es donde entrarán los juristas. En eso y en la prolongación de los contratos de futbolistas cedidos a otros equipos o cuyos contratos finalizan el 30 de junio. Pongamos un ejemplo cercano: ¿no diría nada el Real Madrid si Kubo tuviera que enfrentarse a los de Zidane en el Santiago Bernabéu una vez expirado el plazo de cesión al Mallorca?. Si, la FIFA pretende autorizar la prolongación de tales compromisos, aunque mi pregunta de neófito es si la institución que preside Infantino tiene la suficiente capacidad legal para intervenir en acuerdos bilatarales entre empresa y trabajador. No lo sé, solo es una de tantas preguntas que se me ocurren.