El éxito anónimo

Aquello de que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer no lo inventaron las feministas y menos las que han llevado su género al terreno del postureo en curso. Jamás se ha dicho si detrás de cada gran mujer había un gran hombre, aunque no dudo de que eso también ocurre. En cualquier caso creo que deberíamos prescindir de estos y otros archivos y reconocer que en ocasiones detrás del éxito de cualquier persona hay otras personas.

No es fácil medir el éxito. En una final como la que están a punto de disputar el Real Madrid y el Liverpool nadie recordará al subcampeón en un espacio de tiempo relativamente corto. El triunfo no se comparte aunque sería incuestionable que llegar a esta cita noqueando por el camino a rivales como el Chelsea, el Paris Saint Germain y el Manchester City merece un cierto reconocimiento. Y no nos confundamos, el culebrón de Mbappe ha rozado el esperpento, sobre todo desde el punto de vista periodístico, y la pataleta del presidente de la Liga de Fútbol Profesional a renglón seguido debería servir para inhabilitar a Javier Tebas de por vida, al menos ética y moralmente.

Pero no mezclemos churras con merinas, sino a recordar lo efímero de la gloria. La historia del Mallorca, al menos las que circulan por ahí, ignoran una de sus figuras claves, sino la que más. José María Lafuente López, insigne abogado y años más tarde, senador y eurodiputado entre otros muchos cargos, títulos y loores, fue el cerebro y el motor que movió a Jaume Rosselló Pascual a encabezar la profesionalización del club que culminó con su primer ascenso a primera división en abril de 1960. Y si ha habido otro presidente emblemático, el más longevo, Miguel Contestí se debe a que, en plena crisis institucional rayana en la propia desaparición, José María Lafuente López otra vez fue a buscarle y, esencialmente, convencerle de que tomara las riendas de lo que era una casa en ruinas y un club en derribo. Lamento que los historiadores, más preocupados de su protagonismo como autores que de no solo contar sino explicar los acontecimientos, hayan enfocado siempre la cúspide de la pirámide e ignorado a quien puso el primer ladrillo y algunos más.

¿Que tiene que ver eso con la final de la Champions?. Nada de nada. Solo he rememorado que cuando el Real Madrid cedió a Pepillo, probablemente el mejor delantero centro que haya vestido nunca de bermellón, al Mallorca, fue José María Lafuente López quien advirtió al secretario merengue, Raimundo Saporta, de que Pepillo iba a jugar contra ellos y ni cláusula ni cuentos chinos. Resultado: Mallorca, 5- Real Madrid, 2. Así se cumplió aunque no se haya escrito.