El Mallorca como muestra de un botón

Las cesiones han sustituido a los traspasos como prueba de la precariedad económica del fútbol, es decir de los clubs. Aquí los únicos que ganan dinero de verdad son los jugadores, sus representantes, las asociaciones de profesionales, las federaciones, los organismos continentales -Uefa, Conmebol, etc.- y por supuesto la FIFA, que por cierto prometió una reglamentación contra la concentración de futbolistas en nómina de clubs o agentes para evitar precisamente esta «trampa» de los préstamos.

Al margen de la triquiñuela de los cedentes al imponer cláusulas que impiden que sus cedidos se alineen en contra, el intercambio está a la orden del día. El débil carga generalmente con la ficha anual y el sueldo del refuerzo prestado como mínimo, el Mallorca por ejemplo paga el contrato de Kubo y además un canon al Real Madrid, ¡menudo negocio!. Por el contrario cuando el más pequeño asume el papel de cedente a veces también paga con tal de soltar lastre en su vestuario. Este mercado, como todos, lo dominan los grandes dentro y fuera del fútbol.

Económicamente es pan para hoy y hambre para mañana. Incorporar un porcentaje elevado de la plantilla con profesionales de otros clubs evita desembolsos importantes, aplazados o no, pero reduce considerablemente el patrimonio de una SAD uno de cuyos primerísimos activos es el valor de mercado de sus jugadores. Sigamos con el ejemplo local. ¿Podría hacer caja el Mallorca con los integrantes de su primer equipo?. Muriqi no parece que vaya a volver, ha habido que ejercer opción de compra forzosa por Maffeo para disponer de un fondo más o menos garantizado si se revende a continuación. El fondo del armario no cotiza demasiado: ¿Valjent, Baba, Abdón, A.Sánchez,……?, porque no es probable que nadie venga a solicitar precio por Raillo, Costa, Dani Rodríguez, Grenier o Angel, escrito quede sin intención peyorativa.

Lo peor es que las inversiones a futuro, Greif, Amath, Hoppe, ……..han sido un verdadero fiasco. Y es que, como digo, las cesiones sirven como un recurso puntual, pero no forman parte de la base de ningún proyecto serio.