El Mallorca mantiene el pulso

Con su victoria ante el Rayo Majadahonda, -que regaló un gol, un penalti , falló otro despejado por Reina y dominó territorialmente la segunda parte-, el Mallorca mantiene el pulso ante el Málaga, el Granada y el Albacete que también sellaron la jornada del sábado sumando los tres puntos. Los locales gozaron de más y mejores oportunidades, pese el vistoso juego visitante en el centro del campo, deslucido por su débil lìnea defensiva y una artillería mejorable.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (2), Gámez (1), Valjent (1), Raillo (2), Salva Ruiz (1), Pedraza (2), Salva Sevilla (1), Ariday (2), D.Rodríguez (1), Lago Jr. (2) y Budimir (1).

Minuto 60, «Stoichkov» (0) por Ariday. Minuto 70, Abdón (1) por Budimir. Minuto 85, Sastre (-) por Gámez.

Rayo Majadahonda.- Basilio (1), Iza (1), Galán (1), Luso (1), Andújar (0), Benito (2), Oscar Valentín (1), Enzo Zidane (1), Fede Varela (1), Ruibal (1) y Del Moral (1).

Minuto 45, Héctor (1) por Del Moral. Minuto 56, Romera (1) por Andújar.

ARBITRO:

Javier Iglesias Villanueva (1), del Comité de Galicia. Acertó en los dos penaltis, pero estuvo algo caserito. En un partido de guante blanco solo tuvo tarjetas amarillas para los forasteros: Iza, Galán, Andújar y dos a Oscar Valentín, expulsado en el minuto 91.

GOLES:

Minuto 16, Andújar intenta ceder de cabeza a su portero en un balón a baja altura, el pase queda corto y Ariday solo tiene que burlar la salida de Basilio para marcar a puerta vacía. 1-0

Minuto 23, Lago Jr mete la directa desde medio campo en carrera con Iza que le derriba ya dentro del área y cerca de la línea de fondo. El propio Lago Jr. transforma el máximo castigo de tiro raso y duro al palo derecho. 2-0

OBSERVACIONES:

En el minuto 67, Reina desvió con el pie un penalti lanzado por Héctor debido a una mano de Valjent dentro del área.

COMENTARIO:

Si, en fútbol a veces se producen milagros, pero no hay prodigio posible si te permites el lujo de regalar un gol y un penalti y, por si acaso, fallar otra pena máxima a tu favor. Todo eso hizo el Rayo Majadahonda, un equipo que intenta aplicar los cánones del juego con tanta disciplina y, en cierto modo, valentía que se convierte en un conjunto previsible y, sobre todo, tan ingénuo en defensa como en ataque. A los cinco minutos ya había sufrido dos ocasiones de gol. Pudo haber remado contra corriente desde entonces, pero lo tuvo que hacer poco después tras un gentil obsequio de Andújar, reubicado primero y relevado al fin, y un derribo absurdo de Iza, poco lateral para Lago Jr a quien derribó ya en el área en su intento de aguantarle una carrera de treinta metros que pudo atajar mucho antes. Los hechos invitan a rebajar los méritos del Mallorca en pos de la victoria, pero no es así. No hizo su mejor partido y probablemente ni siquiera un buen encuentro, pero lleva cuatro confrontaciones con los majariegos desde el ascenso de ambos y los ha ganado todos. Por algo será.
  Vicente Moreno no se fiaba de este visitante que mueve bien la pelota en el centro del campo, pero se suicida en cobertura y sus artilleros carecen de puntería y pólvora. De ahí la alineación de Pedraza por delante de Valjent y Raillo en previsión de lo que pudiera suceder en la segunda parte, el dominio inútil de un enemigo valeroso pero poco inteligente y sin recursos para levantarse ante la adversidad pese a la veteranía de algunos de sus hombres. Claro que salir con tres centrales, además muy lentos, para vigilar a un solo delantero, Budimir, acompañados de dos laterales de largo recorrido pero a espalda descubierta, es conceder ciertas facilidades que un anfitrión metido en plena lucha por las seis primera plazas no puede ni debe desaprovechar.
  El marcador refleja una derrota honrosa del candidato al descenso en el feudo de un aspirante al ascenso que, a falta de los choques del Ramón de Carranza y Riazor en el día de hoy, ha aguantado el tirón de Málaga, Granada y Albacete. Sin embargo al contabilizar otras cuatro oportunidades de oro para batir la meta defendida por Basilio, se despejan bastantes dudas. Bien está lo que bien empieza.