El objetivo esencial

Naturalmente es opinable, como todo, pero los periódicos empezaron a cavar su tumba el día en que sus promociones (relojes, bufandas, sartenes, cristalerías, bolsos, etc) desbancaron a sus contenidos. Lo mismo podríamos decir de los bancos que después de regalar televisores, vídeos, tabletas y demás parafernalia a cambio de ingresos, se han quedado para financiar microcréditos para la adquisición de teléfonos móviles. Claro que esta es una lectura muy simplista de causas probablemente más profundas, pero lo que quiero decir es que comete un grave error aquella empresa que se desvía del verdadero objetivo de su negocio. Los diarios en papel venden noticias, información y, a veces, opinión (sin entrar en detalles) y las entidades bancarias ni más ni menos que dinero. Así de sencillo.

Los clubs de fútbol y el Mallorca es uno de ellos, están para confeccionar equipos que ganen partidos. El resultado es lo único que genera afición o, según los casos, la mantiene. Créanme que si el Real Madrid o el Barça no tuvieran un historial de victorias en liga, copa y competiciones europeas, no armarían tanto ruido ni ostentarían el poder del que presumen. El público, creo que las personas en general, se alinean de lado de los vencedores. Perder no le gusta a nadie.

Que las sociedades anónimas deportivas se parapeten detrás de grandes departamentos de marketing y comunicación está muy bien, pero hay equipos que hace años albergan sus propias emisoras de radio y con ellas han descendido de categoría. Las noticias emitidas por fuentes oficiales o afines -si, vale- entretienen durante la semana a receptores predispuestos y entregados. Los asesores comerciales se mueven a la caza de los patrocinadores que identifican sus marcas con las grandes estrellas, quien las tenga, pero lo esencial no deja de ser invertir el dinero en el campo, como decía Cruyjff, en lugar de butacas en los palcos VIP.

Takefusa Kubo atrae la atención de los medios de su país y los enviados de Maheta Molango han  viajado prestos al país del Sol Naciente para cerrar negocios y derechos de imagen para un jugador que no es del club y que quizás no pase en Palma más de una temporada. ¿Que hay que sacarle jugo mientras dure el engaño?, de acuerdo. Pero habría sido más aconsejable poner la pasta en mejorar la plantilla, antes que en otras esferas.

Puede que en Estados Unidos, donde no hay descensos, las cosas funcionen así, pero en Europa no. Al menos todavía no. Y que dure.